La Comisión Elaboradora del Plan de Contingencia Contra Sismos de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP), presidida por el biólogo Alberto García Ruiz, informó que la participación universitaria en el III Simulacro Nacional de Sismo fue muy notorio, logrando superar con creces las metas trazadas en el desarrollo de esta actividad que se realizó el jueves 15 de noviembre y que se centralizó en el centro pre universitario CEPREUNAP.
Los estudiantes universitarios, trabajadores y docentes participantes mostraron un alto grado de responsabilidad. El simulacro tuvo 15 minutos de duración y se siguieron los pasos establecidos previamente.
Previo al desarrollo del simulacro la Comisión realizó actividades coordinadas con INDECI, a fin de elaborar un plan de protección, seguridad y evacuación. Se hicieron también talleres donde se impartieron conocimientos básicos acerca de primeros auxilios, de cómo asegurar elementos altos (estanterías, libreras o roperos) evitando tener objetos que puedan caer ante un movimiento; conocer la ubicación de llaves de gas, agua, fusibles de electricidad; se eliminó obstáculos de las rutas de evacuación; ubicación y señalización de las zonas de seguridad y las rutas de evacuación.
Durante el desarrollo del sismo se enseñó a los participantes a mantener la calma y el control, ya que muchos sufren heridas a consecuencia de cortaduras por cristales, caída de objetos, aglomeración de personas en escaleras y todo a causa del pánico. Para evitar estos accidentes se proporcionaron medidas efectivas en un movimiento sísmico. Se ubicaron en lugares seguros previamente establecidos, los que no lo lograron se refugiaron bajo mesas, pupitres o escritorios alejados de ventanas u objetos que puedan caer.
Se colocaron en el piso con las rodillas juntas y la espalda hacia las ventanas. Se sujetaron ambas manos fuertemente detrás de la cabeza, cubriéndose con ellas el cuello. Escondieron el rostro entre los brazos para proteger la cabeza y cerraron fuertemente los ojos. Permanecieron lejos de edificios, cables de tendido eléctrico y ventanas.
Luego se observaron a los heridos y se dieron los primeros auxilios. Se dirigieron a las zonas de protección previamente establecidas, sin perder la calma sin alejarse del grupo. Se evitaron tocar cables de energía eléctrica caídos. Se cerraron las llaves de gas para evitar cualquier fuga. Se controló el flujo de agua y no se utilizó hasta revisar alcantarillas. Se cerraron los circuitos de energía eléctrica para evitar accidentes por contacto con alambres caídos o un posible incendio. No regresaron a las áreas dañadas sin previa autorización. (UNAP)