Trece en pos del sillón presidencial.

Cumplidos los plazos establecidos para inscribir las listas que muestran las planchas presidenciales para los comicios de abril del 2011, encontramos que esta vez quienes pretenden llegar al sillón presidencial suman un total de 13 candidatos con sus respectivas planchas, vale decir primeros y segundos vice  presidentes.

Sin duda una suma que podríamos llamar cabalística, dada la superstición que envuelve al número trece como dígito supersticioso que causa daño a quien lo emplea. Pero al margen de las supersticiones  que envuelven  al número trece, cabe decir que bien podría señalarse que la «saladera» del trece acompañará a 12 de los 13  candidatos presidenciales.

Dentro de la gama de políticos y de los que no lo son, encontramos personajes de la más variopinta  ralea, vale decir conocidos y por conocer, con posibilidades y sin ellas, pero   que imaginamos van por un cupo de votos que los llevará a negociar la votación por la segunda vuelta que impajaritablemente estará presente en la final del proceso, dada la suma de candidatos  que con su  participación atomizarán las cifras haciendo imposible que haya un ganador con más del   30 % de favoritismo eleccionario.

Sin ánimo de manifestar favoritismo hacia un determinado candidato, podemos señalar que de los  inscritos hasta tres y nada más tienen la posibilidad de lograr la victoria final en su totalidad, pues los demás que completan  el grupo, sólo prestarán su presencia ya que si se trata de caudal electoral, estimamos que adolecen de sumas que podrían ponerlos en posición expectante.

Lo dicho nos hace revisar el corolario de opiniones centradas en la posibilidad de ir pensando ya en un sistema bipartidista, porque así se facilitarían las consultas electorales y permitirán que se sienta más respeto por la clase política nacional. Ojalá este proceso sirva de lección para el futuro.