Si no lo tienen, el currículo de las Facultades de Medicina de todas las universidades del país debería considerar cursos intensivos de trato al paciente y de acuerdo a las edades, y este tema debería ser una constante en las capacitaciones sea por iniciativa del propio médico hombre o mujer, o de la institución donde laboran.
Es que son seres humanos que se estresan y tienen sus propios problemas, que, si bien deben haber aprendido a manejar sus emociones, tienen que dominarse y aprender a desestresarse bien, para afrontar la atención a pacientes y sus familiares, muchas veces, de distintas actitudes y reacciones.
El manejo de la situación está en gran medida en el galeno, porque muchos pacientes se empiezan a sentir un poco mejor cuando les atiende un médico educado, de buenos modales, que les insta a colaborar, a estar atento a las indicaciones. Pero, también los familiares en casos tienen la cuota de agresión verbal frente a los médicos.
Definitivamente, no hay nada más desagradable que pases a una consulta médica y te reciban con un tono de voz casi despectivo, que, si no fuera el mal estado de salud, gustaría dar la vuelta y regresar y ojalá podamos ir a una clínica privada donde el trabajador a entendido que el paciente es su cliente y merece el mejor de los tratos.
Antes las denuncias por maltrato o mala atención procedían más de los consultorios de los hospitales de Apoyo Iquitos, y en la actualidad está tensión se vive en el sistema de atención al paciente en los consultorios, en la atención de programas de salud, y en cuanto servicio tengan para los pacientes.
Es muy reconfortante que te toque un personal de salud que nos trate con gusto, respeto y con ánimo de orientar en los pasillos de los nosocomios. Aunque la mayoría de las quejas viene de cuando han sido atendidos por consultorios. En definitiva estos testimonios debe llevar a mejoras en los hospitales de la ciudad, para que los pacientes tengan mínimo un trato de respeto.