TECHOS DIGNOS DE PALMA.

Los que hemos recorrido las diferentes cuencas hemos visitado hermosas casas hechas de madera regional e incluso de cemento y ladrillo, pero con techos de hojas de palmeras. Techo bien hechos, bien confeccionados que duran largos años, por no decir, décadas y soportan lluvias y hasta el viento de Santa Rosita.

En la quebrada Yahuasyacu, un afluente del río Ampiyacu por el bajo Amazonas, hemos vivido en una gran maloca del curaca Manuel Mibeco, toda la maloca techada con hoja de palma duradera y bien tejida rociadas las hojas con algún insecticida biológico que ellos conocen para que no se pudra rápido. Eso también es un techo digno y además, una gran medida para épocas calurosas y con sus precauciones para épocas de lluvia. No lo ha botado ningún viento ni temporal. Y, muchas de las casitas hechas con techo de calamina han tenido que ceder al empuje de los temporales que por ahí hay.

Por el río Napo, en Angoteros, también estuvimos en  varias conversaciones con los habitantes de esa zona, en la época de la promoción de la piscicultura rural y fronteriza y el techo de la pequeña maloca donde nos reuníamos con el curaca y otros dirigentes de ese pueblo estaban ahí. El techado de hojas de palmera tenía más de una década y sirvieron en 1984 para cobijar a los damnificados de los movimientos sísmicos que se dieron en esa época en la zona del Ecuador.

La casa donde vivió aquel misionero extraordinario que fue Jean Marc y que después se cambió el nombre por Juan Noteno, en la época en que estuvimos por ahí también tenía todas las comodidades construidas con material de la zona y un techo de hojas de palmeras bien tejidas y protejidas para la lluvia y el sol. Fue ahí donde nos acomodamos en varias oportunidades con la generosidad de este gran misionero. El techo no fue cambiado en décadas, pero si como todo techo aunque sea de calamina se lo arreglaba, se cambiaban las hojas malogradas, etc.

Por eso, creo que el programa techo digno, debe incluir no solo a las casas que se techan con calamina, que esperamos sean buenas, sino a las que utilizan nuestros hermanos nativos y viven con ellos por largos años, protegidos del fuerte calor y de las lluvias y vientos; creo que solo es cuestión de saber construir, adaptar bien para que una pequeña brisa no se lo lleve. Estas casas con estos techos de hojas de palmeras también son dignos y deberían entrar en algún programa gubernamental de cualquier tipo para dar mayor beneficio a los extractores, a los cultivadores y para el turismo.

Existen una serie de hojas de palmeras que se utilizan para techar las casas de nuestros hermanos ribereños. De todo tipo y de toda calidad. Científicos del  Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana-IIAP,  acaban de publicar un trabajo de investigación sobre unas hojas de palmera de excelente calidad que se utiliza para techar dignamente las casas de los hermanos nativos. Las hojas provienen de una planta llamada comúnmente “palmiche” Sus hojas son largas, grandes  y de gran durabilidad y según los investigadores del IIAP, es de gran fortaleza, de gran servicio social y económico, por lo que su demanda ha hecho que los nativos recolecten las hojas de gran distancia de lo que antes lo hacían, por lo que es necesario seguir la propuesta de estos científicos para manejar de manera ordenada este recurso natural para beneficio de todos los amazónicos.