SENAMI Y LOS DAMNIFICADOS DE LA INUNDACIÓN.

Por: Luis Roldán Ríos Córdova.    rioscordova2010@hotmail.com

 

Bueno,  SENAMI me ha acostumbrado a tomar sus pronósticos climáticos de la manera más pintoresca que haya podido hacerlo indocto alguno, pues, poner en manos de  irreverente ignorancia como la mía, la utilidad de sus servicios en cuanto a lo preventivo en estos menesteres, me da en presunciones que es  por lo que me veo inclinado a escribir sobre el particular, tratando en todo momento de no ofenderlos, más bien, que en usos y abusos de mi inocencia, expreso mi sentir interpretando, creo también, el sentir de la población sobre la seriedad de sus pronósticos respecto a las condiciones meteorológicas que se presentan, y como gendarmes que son de la información climática en nuestra región, no menos me ha de exigir, sino,  tomarles, según mi parecer, como grandísimos responsables de que haya tanto damnificado por las inundaciones que se está dando en zonas y  ríos tan  importantes como el Ucayali, y que sin la autoridad al que exonerado ando de licencias y de  méritos que me competa, puedo afirmar que va a ser muy serio también el sufrimiento por los desbordamientos que tan facultados para ello  tiene el río Amazonas por estas esferas.

Culpables no son del hecho de que sucedan las inundaciones, quede claro, sino, en el sentido del por qué  no hay información de larga anticipación para brindar a los ribereños la oportunidad de planificar sus sembríos dando adecuado manejo a nuestro llamado invierno.

Desconozco si eso es posible o no para SENAMI, de no ser posible, desconozco si es porque no tienen instrumentos de última tecnología, o no existen esos  instrumentos para prevenir con mucha anticipación la magnitud de la creciente de los ríos que todos los loretanos sin instrumento alguno sabemos cuándo va a llegar, si la lluvia va a caer o no, aunque  andemos a tientas en la certeza del momento y la dimensión, pero  ahí vamos.

Yo creo lo siguiente, no tienen instrumentos modernos, o no existen o leen al revés. En todo caso si no lo tienen, no existen o leen al revés  ¿Para qué están entonces? ¿Sólo para que nos informen que ayer se registró 35 grados a la sombra o que posiblemente, de repente, tal vez, a lo mejor, quien sabe mañana llueva?

En todo caso tienen todo el derecho de aclarar mi  ignorancia y desautorizar las expresiones atrevidas que ella me faculta dar, mandándome a otra parte a ver si llueve.

Sin ánimo de faltar el respeto a nadie, quiero entrar en confesiones ocultas como acordarme de las veces que  me he quedado con tremenda tos por creerle  a SENAMI, pues, hace tremendo calor cuando pronostica baja de temperatura y frío cuando ha pronosticado temperaturas de 36 grados.

Hasta el momento lo único cierto es cuando después de ocurrido, salen a decir que ayer hubo brillo solar  o que ha llovido con intensidad y que el cielo estuvo nublado y por lo tanto no hubo brillo solar ¿Cuánto me sirve saber que ayer se registró una temperatura de 60 grados o que hubo tremenda lluvia?

Para informar lo que será el día de hoy, al parecer, primero salen a mirar cómo está el cielo y por prudencia tienen la costumbre de utilizar términos como: probable, quizá, tal vez, y nos dan el toque final como para no pitear al decir que mañana habrá lluvias  aisladas en la región. ¡Puñales!  En nuestro medio hasta en verano en algún lugar llueve.

Por lo dicho hasta el momento y en usufructo de mi distinguida ignorancia, en aras de andar por terrenos de la justicia, he de aventurarme en asegurar que para pronosticar lluvias no hay nada más seguro que el punzar de mis juanetes o la caracha de mi compadre.

Repito, no sé si es posible, pero cuánto bien, cuán  interesante y útil sería que fuera posible que se pronostique con larga anticipación las sequías o inundaciones grandes.

Eso daría pie a los campesinos para planificar qué sembrar, cuándo y dónde hacerlo y con ello evitar pérdidas de cosechas, esfuerzos físicos y económicos a nuestros agricultores, cuya frágil economía no está para andar en adivinanzas.

No obstante que los campesinos y ribereños en general conocen a la perfección el comportamiento climatológico como para no andar sorprendidos, pero siendo  que es mejor esperar datos precisos con instrumentos modernos dadas por una entidad dizque científica, responsable de los augurios y presagios sobre sequías o inundaciones que en pronósticos aseguran ser superiores a los anuncios que hace la caracha de mi compadre, bienvenido sea.

Por lo dicho, en buen razonamiento estaría el decir que poco o nada me sirve saber en números la cota de la creciente, si la inundación  ya la tengo en mi cuello, o la lectura numérica del nivel hasta dónde ha crecido el río que ya se llevó  mis sembríos, o ver que mi cosecha se ha ido al cuerno porque una  larga sequía que nadie ha tenido capacidad o posibilidad de anunciarme, arruinó mi trabajo. No sé…..Si no sirven para prevenir los rigores del tiempo y las grandes crecientes con anticipación suficiente, porque hasta los churos saben cada año, hasta dónde va a crecer el río, si no cuentan con instrumentos precisos y modernos, no le dejen sin trabajo a la caracha de mi compadre o a mi juanetes que en grandes afanes andan de ser reconocidos con las punzadas que me dan y que anunciando que va a llover no han conocido derrotas.

Bueno, esperando que en clemencias traídas por Semana Santa me caiga inmerecido perdón de SENAMI que por reciprocidad también hemos  de perdonar a ella en justicia de lo que a veces acierta, pues, en más data tiene que en algunos casos se parece a esos leedores del futuro cuando  leyendo las rayas de la mano te auguran que si te portas bien todo te va a ir mejor.  Ojalá  nomás no nos anuncie que para mañana tendremos un día bastante claro y que la noche será oscura.