Profundizar

Para comprender situaciones traumáticas en la vida de las personas, más aún si son menores de edad o jóvenes que apenas están en la mayoría de edad, pero con muy escasa experiencia, es necesario hacer el esfuerzo de ponerse en su lugar, de profundizar en sus emociones y miedos.
Este tipo de personas que pocas veces han interactuado más allá del entorno familiar, que siempre ha estado haciendo esfuerzos por protegerles, son los más vulnerables a engaños y amenazas para ser abusados, incluso hasta de parte de familiares o parientes que los rodean.
Resulta preocupante que pueda todavía existir mujeres adultas que, en lugar de ayudar a descubrir al hombre abusador, los encubren, o tal vez también han sido amenazadas. Y vemos que para afrontar toda esta complejidad respecto a la violencia sexual y de otras formas, la educación preventiva es primordial.
En los últimos días hemos conocido de casos que nos llenan de impotencia, porque no hay drasticidad carcelaria para los perpetradores de crímenes, ni prudencia para evitar la fuga, como el caso del padrastro que abusó sexualmente de su hijastra desde los 8 años. Se espera cuando sea encontrado le apliquen cadena perpetua.
Otro caso de un sujeto que captó una joven en Requena y la llevó al Cusco para someterla a prostitución, es también estremecedor, le ha malogrado en gran parte la vida a la muchacha que se ha visto afectada físicamente y emocionalmente, es como una muerte en vida, y los decesos son crímenes así sean figurativos porque va repercutir negativamente en lo que le queda de existencia a la víctima. Por lo que aplicar 8 años de cárcel es indolente, merece también perpetuidad. Necesitamos más mano dura en esta actual sociedad conmovedora.