Por: Lincoln Cornejo Sifuentes
Una de las promesas del electo presidente, Ollanta Humala Tasso, ha sido la descentralización y el acceso en las concesiones de radio y televisión. En tal sentido, estamos atravesando el periodo de transformación del sistema de Televisión Digital Análoga hacia el formato de Televisión Digital Terrestre (en adelante TDT), proceso que tiene su base legal en el ¨Plan Maestro¨ de Implementación de la TDT en el Perú, aprobado mediante decreto supremo 017-2010-MTC, el cual trata principalmente sobre la transición analógico-digital por territorios, el período de transición; el monitoreo de la implementación de la televisión digital y los incentivos para el desarrollo de la televisión digital en el Perú.
El cambio en efecto es positivo para el sector de las telecomunicaciones, ya que este sistema de Televisión Digital, ofrece mayores beneficios que la Televisión Análoga o convencional, debido a que ofrece mayores cualidades técnicas de los contenidos televisivos, mejora la calidad en la imagen y sonido de los programas, optimiza la eficiencia en el uso del espectro radioeléctrico entre otras bondades. No obstante, en este proceso han aparecido una serie de cuestionamientos al ¨Plan Maestro¨, ya que no permite un trato igualitario a los posibles interesados en el acceso a las licencias y la implementación de este avance tecnológico.
Realizada la interpretación sistemática de los artículos 11° y 13° del ¨Plan Maestro para la implementación de la TDT¨, se puede advertir-a nuestro criterio- una injustificada discriminación para acceder a la televisión digital pues existe el grupo 1 y el grupo 2.
El grupo 1 está conformado por las empresas de telecomunicaciones que van a gozar de la señal de gestión exclusiva para la transmisión simultánea de la programación en señal analógica y en señal digital, es decir mediante dos canales de radiofrecuencia, tendrán autonomía para su programación y los contenidos televisivos, obviamente estas empresas están ubicadas en Lima y Callao, cuya señal puede verse en todo el territorio nacional, asimismo gozarán de este privilegio sólo el 50 % de televisoras regionales o locales, que comprende las ciudades de: Arequipa, Cusco, Trujillo, Chiclayo, Piura, Huancayo, Ayacucho, Chimbote, Ica, Iquitos, Juliaca, Pucallpa, Puno y Tacna. Es decir sólo un grupo reducido de operadoras podrán acceder a la transición digital, excluyendo no solamente a la otra mitad importante de televisoras que operan en estas ciudades, sino que no se menciona a las empresas que operan en otros puntos importantes del país como en Bagua, Moyobamba, Puerto Maldonado, etc, y que cuentan con autorización del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, para emitir su señal en el formato tradicional de televisión análoga y en bandas VHF.
El grupo 2 está conformado por operadoras que gozaran de la señal digital terrestre mediante el procedimiento de gestión compartida de un solo canal de radiofrecuencia y que estará a cargo como mínimo de tres titulares de autorizaciones del servicio que operen en la misma localidad. Esto significa, por ejemplo que Amazon Channel, Amazónica Televisión y Canal 19, empresas ubicadas en la Provincia de Maynas, tendrían forzosamente que agruparse para solicitar la concesión de una sola señal de radiofrecuencia, a la vez coordinar la prioridad de las distintas programaciones, contenidos informativos y publicitarios, etc, es decir se obliga a las operadoras a compartir una sola frecuencia, restándoles libertad de organización y de decidir sobre sus actividades económicas, lo que también afecta al desarrollo empresarial que desean tener cada una de ellas.
El panorama es más complicado, si las televisoras del Grupo 2 no logran integrarse en un modelo de gestión compartida no podrán ser incluidas en la transición digital terrestre, debiendo dejar de operar al momento de vencimiento de sus respectivas autorizaciones, o hasta la fecha establecida para el apagón analógico (fechas establecidas por el ¨Plan Maestro¨ para el cese de emisiones de señal analógica).
En ese orden de ideas, el Plan Maestro no solo afecta el derecho al acceso equitativo de este sistema de innovación tecnológica, que debe haber para todas las operadoras televisivas en el país, sino que también vulnera el derecho a la libre iniciativa y de organización que tiene una persona natural o jurídica en nuestro país, ya que se obliga a optar por una modalidad de trabajo en conjunto y de gestión compartida junto a otras empresas que son competidoras en el mercado. En ese orden de ideas, no se permite que las empresas del grupo 2, puedan concurrir en el mercado desarrollando su actividad empresarial de forma libre, compitiendo por si solas, ya que el acceso al mercado está condicionado por una normativa que no recoge la realidad del sector de telecomunicaciones (uno de los más desiguales en el país y de alto índice de concentración monopólica), fomentando que existan concentraciones empresariales y condiciones de desventaja frente a las operadoras que se encuentran en el Grupo 1.
La situación descrita anteriormente es un asunto de inclusión social si tenemos en cuenta que lo que se busca es reducir las desigualdades y fomentar oportunidad para todos, en tal sentido, no debería existir estos mecanismos que brinden un trato diferenciado y favorable para las empresas de Lima, que si bien representan el 4 % de las empresas de telecomunicaciones en el Perú, son justamente éstas las que obtienen toda la cuota del mercado de las telecomunicaciones y generan economías de escala.
Es nuestro deseo que el electo presidente corrija esta norma por tratarse de un asunto de igualdad y justicia social y a la vez apoye a este sector empresarial de televisoras locales y regionales, a fin que puedan adquirir los equipos (receptores, transmisores, etc.) que por su alto índice de costo en el mercado, sólo podrán ser adquiridas en su mayoría por televisoras de la capital, por lo que el Estado debería invertir para que la transición e implementación del sistema digital terrestre, incluya a todas las televisoras de nuestro país.