Lo habíamos anunciado. Todos los años es la misma cosa. Parece que hubieran encontrado la fórmula para no trabajar pero sí cobrar. Otra vez, como ayer y como será siempre, los maestros están en huelga y para remate, indefinida, sin fecha de acabar, sin mayor esperanza que los niños y jóvenes aprendan algo más.
Los medios de comunicación, vuelven a presentar esos titulares que ya son cliché, por parte de los huelguistas «huelga indefinida» «paro total» «al cien por ciento», mientras la autoridad educativa retruca con «solo el 20 % acatan huelga» «policía ofrece garantías a maestros que van a trabajar» «maestros del colegio tal no acatan huelga del Sutep».
Mientras tanto, los padres de familia en casa, ven cómo todos sus esfuerzos para equipar a sus hijos otra vez han sido vanos. De nada valen los libros comprados a presión, porque de tal autor o cual editorial tiene que ser. Los cuadernos están con las hojas en blanco. Los muchachos están alegres, no hay clases y no se sabe hasta cuándo.
Si, hasta cuándo el país vivirá esta tragedia de pueblo incivilizado, donde sus autoridades no toman decisiones prácticas y efectivas que den por terminado el conflicto entre los maestros y el Estado. ¿No es que el Estado está en la obligación de dar educación gratuita? ¿O es que el Estado piensa que realmente el magisterio es un apostolado, donde hay que profesar de maestro con un sueldo que no alcanza ni para medio mes? Ser maestro es una ocupación como cualquiera de las demás, donde uno bien preparado vale lo que vale y a quien hay que ofrecerle las mejores condiciones para que cumpla a satisfacción con su trabajo. Ahora, si esa persona no alcanza el nivel de conocimientos exigido pues tiene dos caminos, o se capacita o busca otra ocupación. Así se irá seleccionando al profesorado, una institución donde sus miembros no estén mezclados en actos bochornosos y muchas veces delictivos. Entonces, de acuerdo a su capacidad, páguese al maestro lo que merece y evitemos este estado de cosas que mucho daño le hace al país.
Los dirigentes de los trabajadores de la educación manifiestan que esto es culpa de la ministra, que se muestra intransigente en dar solución al pliego de reclamos del Sutep. Cualquiera quien tenga la culpa, deberá ceder en su posición, o ambos, para llegar a un acuerdo que deberá cumplirse en el más breve plazo, pero por favor, no dejen en la orfandad a la generación que se levanta.