Mitos y realidades del aguaje

aguaje«Aguaje» es el nombre común que se da a una palmera denominada científicamente como Mauritia flexuosa y que habita toda la Amazonìa, especialmente las partes bajas; a estas zonas donde abunda esta palmera se le conoce como aguajales.
En otros países, también se le conoce como bunti, miriti, canangucha, etc. de acuerdo al lugar donde se ubica.
De esta palmera se aprovecha casi toda su estructura: sus frutos, sus hojas, su tallo y hasta se puede cultivar larvas llamadas suris que son consumidos como un alimento exòtico, por nativos y extranjeros.
Por ciertas características biológicas y químicas que han sido descubiertas y analizadas por científicos extranjeros y nacionales (UNAP, IIAP), como ciertas hormonas femeninas, se ha trazado una leyenda que su consumo en diferentes formas, vuelve afeminados a los machos. Eso no es cierto. Los que sabemos algo de genética podemos afirmar que «ellos» y «ellas» ya vienen con su carga predispuesta, como dice don Marco Aurelio Denegri.
Otra de las suposiciones refiere que las mujeres que  consumen el fruto  en grandes cantidades, son propensas a tener  bustos grandes, gigantes y exuberantes. Lo cual, en mi opinión, tampoco es cierto, porque eso de los senos son cuestiones de herencia, de genes.
Mitos y leyendas que se crearon en base a chismes en algunos casos y en otros basados en la estructura biológica y química del fruto de esta palmera.
La verdad es que los frutos del aguaje tienen propiedades bioquímicas que han intervenido de manera positiva en la salud del nativo (mestizos e indígenas) amazónico, y se destaca ya con resultados validados en laboratorios de Brasil y con ciertos avances en la UNAP y el IIAP que tienen un gran efecto como protector de la piel de los rayos solares.
Pero, también tienen elementos bioquímicos que ayudan a que la visión de nuestros hermanos nativos sea la mejor de esta parte del continente. Hace dos o tres décadas, nos comenta un investigador del IIAP, que vinieron a estudiar científicos cubanos a poblaciones de cierto lugar de la Amazonía, especialmente de los que viven cerca a los aguajales.
Con las comparaciones realizadas en base al método científico, encontraron que se podía encontrar en niños, mujeres y adultos una gran incidencia de parasitosis (no por el consumo del aguaje), pero con una visión extraordinaria, tanto en el día como en la noche. Los investigadores cubanos, nos comenta su par loretano, hicieron una serie de pruebas durante buen tiempo y llegaron a la conclusión que el consumo del fruto de esta palmera, aguaje, influenciaba en este buen estado de salud de uno de los órganos más importantes del ser humano: los ojos.
Estamos seguros que con la información existente, los investigadores científicos intensificarán sus estudios en este fruto, bendición del Creador.