-Pequeño incidente causó preocupación entre acompañantes.
Una multitud aplaudió y aclamó el ingreso de la imagen del Señor de los Milagros al principal templo católico de nuestra ciudad, luego de recorrer durante más de 10 horas diferentes calles de la zona sur, recibiendo el homenaje de instituciones y familias que se habían preparado para la ocasión. El ingreso se produjo a las 3.25 de la madrugada de ayer -la salida fue a las 5 de la tarde- al ritmo de música peruana con cargadores bailando con el anda sobre sus hombros.
Pese al multitudinario acompañamiento, todo se realizó dentro de lo programado salvo el incidente menor ocurrido a las 2.05 de la madrugada en la cuadra cuatro del jirón Próspero, cuando por el recalentamiento de las flores plásticas que estaban dentro del anda y al hacer contacto con el grupo electrógeno, algunas de ellas ardieron produciendo temor entre los asistentes algunos de los cuales corrieron asustados.

Sin embargo, en pocos segundos, el fuego fue apagado por la colaboración de los presentes y por la existencia de extinguidores en todos los locales comerciales de la zona. Superado el incidente, se decidió apagar el grupo electrógeno y proseguir normalmente, ni el anda, ni el lienzo sufrieron el más mínimo daño, es así que los homenajes continuaron, hasta llegar a la iglesia catedral donde se desató un desborde popular.
El entusiasmo se acrecentó cuando la multitud, ante el anuncio que no se iba a realizar el tradicional baile, por el poco espacio que dejaban los fieles, estos empezaron a dejar áreas libres para que, con el acompañamiento de la banda de músicos, se procediera a la alegre despedida conforme se hace al final de la última procesión de cada año que esta vez fue en cabezada por monseñor Miguel Olartúa Lastra y el sacerdote loretano y párroco Vicarial, Antonio Lozán Pun-Lay.
Desde su salida, la venerada imagen fue precedida por los estandartes de la parroquia, una agrupación de monaguillos vestidos de blanco, autoridades eclesiásticas, zahumadoras, detrás del anda se ubicaron la banda de músicos representantes de parroquias y miles de fieles que acompañaron durante todo el recorrido, deteniéndose solamente ante los altares para que instituciones y familias puedan rendir su homenaje en forma individual.
A las 7 de la noche, como estaba previsto, el anda ingresó hacia Plaza 28 de Julio, en donde estaba instalado un gigantesco escenario, desde el cual monseñor Olartúa dirigió la denominada acción significativa ante la expectativa de los miles de asistentes que atiborraban las calles adyacentes y gran parte de la plaza, donde desde tempranas horas se empezaron a concentrar hombres y mujeres de todas las edades y condiciones
En su homilía, el obispo de Iquitos dijo que con ello se clausuraban las actividades del Señor de los Milagros en todas las parroquias, que «la concentración era la más viva demostración de fe católica, y que el comportamiento de los fieles durante el mes de octubre, debe continuar durante todo el año, respetando a la familia, a nuestros prójimos y a la sociedad para ir forjando una colectividad mejor cada día. (L.E.L.P.)