Loreto: Siempre atento ante la posibilidad de implementarse los dos enclaves para Ecuador en Pijuayal y Saramiriza

-Hoy se recuerdan 13 años de los luctuosos sucesos ocurridos aquel 24 de Octubre de 1998

– A Fujimori y Mahuad no les importó la muerte de 5 loretanos que protestaron por la suscripción del Tratado, donde cedieron territorio peruano a Ecuador, además de entregar por 50 años dos Enclaves para que ecuatorianos impulsen sus industrias.

– El ya extinto presidente del Frente Patriótico de Loreto, Ing. Antonio D´onadío Lagrotte, expresaba firmemente que los ecuatorianos siempre buscaban salir al río Amazonas, cosa que el nefasto tratado ahora se los permite.

– “Ahora ya somos amazónicos», pronunció el ecuatoriano Hernán Pérez, miembro de la Comisión Negociadora (1998-) del Tratado de Comercio y Navegación.

– Gracias a la resistencia de Loreto y del Frente Patriótico los deseos y los supuestos derechos ganados por los ecuatorianos, aún no se ha concretado ese deseo, por lo que la alerta sigue latente.

«Si pasan 50 años y el Perú no nos renueva el contrato de concesión, ese país está obligado a darnos en otro sitio, durante otros 50 años dos centros de comercio más, así serán perpetuos», pronunció Hernán Pérez, con lo que remueve la conciencia patriótica y soberana de Loreto para que la alerta continúe en el devenir de los años.

No hay loretano empapado de los hechos que hacen la historia de la región que olvide lo ocurrido aquel 24 de octubre de 1998, donde la indignación desbordó la aparente pasividad del pueblo amazónico, llevándolo a una protesta de alcance internacional ante la certeza de la firma de un Tratado desigual, donde Perú-Loreto salía perdiendo notablemente.

 

Como siempre el interés nacional se impuso al interés regional. La gran mayoría vio con buenos ojos el tratado firmado por Fujimori y Mahuad en Brasilia el 26 de octubre de 1998 donde Perú le regaló Tiwinza a Ecuador y no solo eso; increíblemente cedía dos enclaves para que impulsen sus negocios, industrias en territorio peruano cercanos al majestuoso río Amazonas. Todo en nombre de la paz.

 

«Nos hemos armado, peruanos y ecuatorianos, con el arma más poderosa que cualquier misil: el arma de la paz», dijo Alberto Fujimori el lunes 26 de octubre de 1998 tras firmar el acuerdo definitivo de paz con su colega Jamil Mahuad.

 

Mientras que Mahuad expresó: «Al amigo Alberto Fujimori, le deseo la mejor de las suertes en su vida personal (todos saben como le está yendo hoy después de 13 años de ese tratado). Y a ambos, al presidente y al amigo, una invocación final. Hoy ganamos la paz, lo invito a que desde hoy ejerzamos esa paz», dijo Mahuad antes de obsequiarle una cantimplora usada por los soldados ecuatorianos en el conflicto del 41 como símbolo de paz al ex mandatario peruano.

 

Como todos conocen los países garantes emitieron el fallo final (se firmó el lunes 26 de octubre 1998 a las 11 de la mañana en Brasilia) donde entregaban el corazón de Tiwinza a Ecuador de manera perpetua. Una posesión sin soberanía. Pero no solo eso, sino que Fujimori aceptó otorgar dos Enclaves a Ecuador de 150 hectáreas cada uno. Dicho fallo espantó al fantasma de la guerra, pero no el descontento del pueblo de Loreto, al cual más bien roció de gasolina prendiendo de inmediato una voraz indignación que los llevó a una inmensa protesta que se inició en la histórica Plaza 28 de Julio de Iquitos.

 

La molestia en el pueblo de Loreto empezó a crecer desde aquel 15 de octubre de 1998 cuando el entonces presidente de Ecuador, decía: «Tendremos dos zonas a orillas del río Amazonas», ahí empezaron a caldearse los ánimos.

 

«Veámoslo con absoluta claridad, el presupuesto del Estado casi no alcanza ni para pagar salarios, hacemos esfuerzos para pagar a médicos, a profesionales. De tal manera que pensar que el gobierno tenga recursos para poner industrias, para crecer…no es así. Con la venida de capitales de afuera la cosa será distinta y tenemos que crear un ambiente positivo para que esto se dé.

 

Las posibilidades de paz son inmensas, podemos generar crecimiento, tenemos una oferta de 3 mil millones para obras binacionales en la frontera», hablaba Mahuad antes de la firma del tratado en Brasilia.

 

HECHOS QUE SE DESBORDARON EN IQUITOS…

Fujimori y Mahuad en Brasilia se alistaban a firmar el Tratado y a observar el fallo final de los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro y sus instrumentos complementarios. La información inflamó el patriotismo en Loreto lo que conllevó a que el Frente Patriótico convocara a las fuerzas vivas, a los principales actores sociales de la región para estar prevenidos ante lo que se veía venir.

 

El rechazo al mencionado tratado donde ya se conocía que Ecuador sería el único ganador en «nombre de lograr la paz internacional», hizo que muchos dirigentes expusieran la determinación de un pueblo, generando que se conforme una facción denominada: «Comité de Apoyo para la Paz y Desarrollo» que nació bajo el manto corrupto de un gobierno que se quiso perpetuar en el poder. Tuvo como partida de nacimiento un 23 de octubre de 1998-sólo duró un día. Su único objetivo: Menguar la fuerza del Frente Patriótico de Loreto presidido por el Ing. Antonio D´onadío. No lo lograron.

 

Dicho Comité de Apoyo para la Paz y Desarrollo, llamó a una marcha popular para el sábado 24 de octubre de 1994, la misma que se iniciaría en la Plaza 28 de Julio. Lo hacían mientras que el entonces Ministro de la Presidencia, José Tomás Gonzales Reátegui y el ex General EP José Villanueva Ruesta, dizqué verificaban el avance de las obras y proyectos que se ejecutaban en la región a través del CTAR- Loreto. Además de inspeccionar el avance de la carretera Iquitos- Nauta, el gran negocio de su vida como se sabría después. Visitas que utilizaron para enmascarar su reunión con los representantes del «engendro» denominado Comité por la Paz y el Desarrollo, quienes después de la protesta del 24 de octubre donde hubo quema de 14 edificios, 6 carros calcinados, 5 muertos, 30 heridos y 100 detenidos, salieron a decir que se habían equivocado porque no les habían dado toda la información respecto al tratado que se estaba firmando en Brasilia.

 

La presencia de Villanueva Ruesta y Tomás Gonzales, en el Hotel Río Grande, enardecieron a los más de 2 mil loretanos que llegaron a la Plaza 28 de Julio a impedir que el «Comité de Paz» confunda al pueblo con marchas interesadas. Desde ahí se empezaron a lanzar piedras y objetos contundentes (en honor a la verdad también hubo muchos infiltrados que ocasionaron excesos en Iquitos sin que la policía actúe de inmediato) al hotel. Al ministro de la presidencia y del interior, no le quedó otra que salir huyendo de Iquitos a bordo de un vehículo que llegó hasta el hotel. En la salida acelerada el carro atropelló a tres personas causándoles la muerte de manera casi inmediata, lo que provocó la ira de un pueblo burlado.

 

Los minutos siguientes fue todo un descontrol donde se quemaron edificios públicos y privados como la discoteca-karaoke Caimito, se quemó el Banco de Materiales, dirección de agricultura, pesquería, sede del Gorel en la primera cuadra de la calle Ricardo Palma, el 95% del Palacio de Justicia, Contraloría General de la República, Sunat, Banco de la Nación, etc.

 

Resultaron muertos: Corina Coral Arana (47) su nieta María Echevarría Rengifo (3) Jorge Valles Sinarahua, a quien le dispararon un proyectil en la cabeza cuando estaba en la zona de la Sunat. Gabriel Shapiama Ríos, a quien le dispararon en un almacén y Luis Alvarado Curi, quien tenía 16 años de vida.

 

Al día siguiente Iquitos estaba lleno de cenizas, de dolor y lágrimas, de incertidumbre, mas ello no fue obstáculo para que el lunes 26 de octubre Fujimori y Mahuad, aplaudieran en Brasilia el fallo final de los países garantes ante la firma de un tratado desigual que ofendía mucho más la lucha de todo un pueblo en la Amazonía Peruana.

 

Hoy se recuerdan 13 años de aquel 24 de octubre de 1998 y aún no se ha implementado ningún enclave en Pijuayal o Saramiriza, gracias a la tesonera resistencia y la dignidad de toda una región alerta ante el primer intento del país vecino. Es menester entonces recordar las palabras de Hernán Pérez, el ecuatoriano negociador del tratado, así como el Art. 22 del Tratado de Comercio y Navegación entre Perú y Ecuador, para no bajar la guardia ni un solo día.

 

TRATADO DE COMERCIO Y NAVEGACIÓN ENTRE PERÚ Y ECUADOR…Art. 22.-

«Se recuerda la creación por un periodo de 50 años renovables de los Centros de Comercialización y Navegación destinados al almacenaje, transformación y comercialización de mercancías de tránsito procedentes del Ecuador o destinadas a su territorio. Las mercancías procedentes  de o con destinos a dichos Centros gozarán de libre acceso a las facilidades existentes en los puntos fluviales habilitados para la carga y descarga de los ríos objeto del Tratado».

 

Tal como lo decía don Antonio D´onadío: «Los ecuatorianos siempre quisieron navegar por el Amazonas y con ese tratado creen que lo han conseguido».

 

Art. 25.-»Para dicha determinación se tomará en cuenta la accesibilidad a los servicios públicos (en un área de 150 hectáreas por cada centro) necesarios para su funcionamiento. Así como la cercanía a centros poblados, así como las facilidades que se presten en los puntos fluviales habilitados».

 

¿Qué dijo al respecto el negociador Hernán Pérez de Ecuador en esa época 1998?…

«Es una novedad la creación de los dos Centros  de Comercio de 150 hectáreas cada uno (Enclaves) en los que Ecuador podrá establecer puerto, almacenaje, etc. Respecto a ellos existe un problema de semántica: en el Tratado se acordó que cada Centro el Ecuador lo iba a tener en concesión durante 50 años pero; una cosa es que yo tengo derecho a estar en estos Centros durante ese tiempo y otra; que tengo el derecho de tener dos centros a perpetuidad. Si pasan 50 años y el Perú no nos renueva el Contrato de Concesión, ese país está OBLIGADO a darnos en otro sitio, durante otros 50 años DOS Centros de Comercio más, así serán perpetuos» agregando con orgullo al final: «Ahora ya somos Amazónicos». Como siempre lo han ansiado, aunque por ahora sea solo eso, ansias frustradas por todo un pueblo que cuida celosamente su soberanía.