Cada vez es más frecuente que la Fiscalía de Trata de Personas detecte a menores de edad en hospedajes de la ciudad, espacio urbano que lo conforman cuatro distritos, para dar lugar a la capital de la región Loreto. Y por supuesto que los locales encontrados en falta han sido multados en número de 15 como se conoció esta semana, es más uno fue clausurado por el incumplimiento a la ley.
Esto es por un lado el problema de estos lugares que sacan licencias con un objetivo, según se conoce para hospedar a turistas sean regionales, nacionales o del extranjero, pero para nadie es un secreto que se dedican a otro servicio, el de alquiler de cuartos por horas para parejas, que dicho sea de paso, están en todo su derecho siendo personas adultas de ejercer su libre albedrío.
El caso es que las licencias otorgadas por las municipalidades que conforman nuestra ciudad no los autorizan para ese tipo de «servicio», salen con el sello de hospedajes turísticos de dos, tres… estrellas, que si un turista real va a tomar una habitación, se dará cuenta del engaño, obviamente.
Y este tema tiene para más. En los últimos diez años este tipo de hospedajes han aumentado rápidamente y con nombres hasta sugestivos al verdadero servicio que a la vista y paciencia de toda la ciudadanía ejercen. Es lamentable que han invadido la ciudad en la parte céntrica, una muestra clara son varias calles del distrito de Punchana.
Las zonas urbanas en general se han convertido en un festín de hostales, donde las parejas entran y salen durante las 24 horas del día, y las horas familiares de sentarse en la vereda de las casas resulta tan incómodo como observar a los niños y niñas que ven este trajinar, despertándoles la curiosidad a tan corta edad. Lamentable escena que no corresponde a una zona urbana.
Se espera que las autoridades evalúen esta situación y no se conviertan en solapadores otorgando licencias para un servicio que saben muy bien no corresponde. Cada cosa en su lugar. En otros países del mundo este tipo de lugares tienen sus ubicaciones. Es el momento de poner freno a esta forma de abuso de poder frente a las indefensas familias que se ubican cerca a estos «hospedajes».