La Trata de adolescentes

Por: Adolfo Ramírez del Aguila.
Docente de Educación Secundaria

 

  • Las redes de prostitución acechan a nuestras estudiantes loretanas:

 

Increíble. Un personal administrativo, que trabajaba limpiando todos los rincones del colegio CNI, cayó suciamente “con las chicas en las manos” y se le sindica como presunto jefe de una banda que se dedica a la Trata de personas, específicamente, al tráfico sexual de menores de edad. Inmediatamente, todos los protocolos pertinentes se activaron, y hasta el mismísimo Ministerio de Educación se hizo cargo del caso, para “aclarar” que “felizmente” el implicado en este grave escándalo, no era un docente de aula, como se informó en un primer momento, sino, un personal de servicio, un barredor del colegio, que además, gracias a Dios, era un personal contratado.
No sé si será importante aclarar a los “jefes” del sector educación, desde el profesor Wagner Gratelly, director de la prestigiosa institución educativa CNI, hasta la profesora Marilú Martens, la ministra de educación, que el contacto con los estudiantes lo tenemos en mayor o menor grado, todo el personal, desde el portero hasta el director. La oportuna aclaración del Ministerio de Educación (“felizmente el implicado no es un docente y no es nombrado”) es francamente ociosa. Desde el primer día de clases, en un colegio, todos formamos una comunidad educativa y cada uno cumple su servicio al estudiantado desde distintos frentes: recepcionando, limpiando, enseñando, coordinando, monitoreando y gestionando.
La Trata de Personas o tráfico humano, es un delito penado, que consiste en comercializar con los cuerpos de los seres humanos como si fueran cosas y no personas. Desde los inicios de la humanidad, los comerciantes se han ingeniado para hacer sucios negocios, en este caso, captando a jovencitas con engaños para venderlas al mejor postor y prostituirlas sin el menor rubor. El negocio obtiene fabulosas ganancias, y a nivel mundial se forman verdaderas mafias internacionales. Vean la película “Búsqueda implacable 1” (con la actuación de Liam Neeson) para tomar conciencia de este grave problema que no necesariamente tiene como abastecedora de “cuerpos vírgenes” a los países pobres, sino también, a los mismos países ricos.
Hay una ley del mercado que dice: “A mayor demanda, mayor oferta” y la Trata de Personas, lamentablemente, se rige según esta ley mercantil. Se captan jovencitas justamente, porque hay clientes esperando literalmente a “su presa”. Según IDEIF (Instituto de Estudio por la Infancia y la Familia), en Iquitos, 10 chicas por día son explotadas sexualmente y hay por lo menos 58 focos donde se practica el comercio sexual infantil; o sea, casi 60 lugares entre hostales y albergues turísticos de nuestra “isla bonita”, permiten ilegalmente que se practique la prostitución infantil en sus interiores. Con razón, los hostales aumentan cada vez más en Iquitos y hasta compiten por ofrecer sus servicios “especiales”. (Por la zona en donde vivo, hay un nuevo hostal que tiene un letrero grande con una oferta de apertura: 8 soles).
La opinión pública ya se olvidó del sonado caso de Antonio Pasquel Ruíz, ex rector de la UNAP, implicado presuntamente como consumidor en esta red de tráfico sexual. El alto funcionario de cuello y corbata, increíblemente trabajaba en el máximo órgano de la administración y control de las universidades, la SUNEDU. Como la justicia es lenta y perezosa, no sabemos en qué quedó esa acusación, que nos develó, la compleja trama de este sucio negocio que se aprovecha de la pobreza material y espiritual de nuestras adolescentes, para atender la demanda de los consumidores de a pie, pero también de los clientes de alto vuelo, como es el caso que traemos a memoria. El único detenido, hasta ahora, de esta vergonzosa red de pedofilia, desmantelada el año pasado, es el proxeneta Luis Ángel Cerroy Huanaquiri (23), alias “Angelito del Perú” que fue quien llevó a la niña a la ciudad de Lima, para atender el pedido de su cliente estrella. El ex rector, aún sigue libre, porque con seguridad, tiene un equipo bien pagado de abogados que lo defienden.
En el caso del personal de servicio del CNI, Eusebio Malqui Chumbe, presunto líder de una banda de tráfico sexual, la UGEL Maynas está investigando, de oficio, para detectar posibles captaciones de estudiantes del CNI a su red delincuencial. Antes que se destapen estos casos, los mil ojos que hay en una institución educativa, logran identificar las sospechosas movidas de los proxenetas que se camuflan de vendedores ambulantes, de barrenderos, de docentes y hasta de directivos, para captar a sus incautas víctimas. El problema es que no lo denunciamos para evitar el escándalo. Similar situación se da en los satánicos casos de pedofilia clerical, la del Sodalicio por ejemplo, que increíblemente se encubren para “no dañar la imagen de la Iglesia”.
Es tiempo de actuar. En nuestras instituciones educativas debemos planificar y ejecutar un decidido plan escolar de prevención para estos casos, y no lamentarnos cuando revienten en nuestra cara pelada. La Trata de Personas, expone la integridad de nuestras estudiantes y por lo tanto hay que atacar el problema desde nuestra particularidad de ente educativo que vela por la formación integral de los/las estudiantes.
Es bueno tomar conciencia, que en este turbio negocio, se mueve mucho dinero y por lo tanto, los delincuentes utilizan todos los medios para lograr su fin macabro. Las redes sociales por ejemplo, en especial el Facebook, es un medio favorito que aprovechan estos facinerosos, para contactarse con adolescentes de 12 a 16 años (estudiantes de secundaria) y con engaños, llevarlas a las mazmorras del mismísimo infierno.
Que San José padre, la virgen María madre y Jesucristo hijo, la sagrada familia, nos ayuden en esta cruzada por hacer de nuestras instituciones educativas, esos espacios seguros, lejos de las drogas, de la Trata de Personas y más que todo, lejos de nuestra indiferencia, complicidad, desidia y falta de prevención educativa.
De los traficantes sexuales, de los proxenetas, de los consumidores sexuales, de la Trata de adolescentes: ¡líbranos Señor!
Amén.