Por: Faviola Mares Quispe
Aún recuerdo aquella vez en que me convocó a un taller sobre Nuevos paradigmas en la Educación Inicial. Nos habíamos conocido en el marco de las jornadas de PLANCAD en la UNAP y logramos empatía rápidamente, dando cuenta de sueños comunes.
Luego, como era obvio, pasé a ser parte de su equipo en la IEI Experimental- UNAP “María Reiche”. Ella lideraba aquella escuela que se convirtió en una institución emblemática, explorando y ensayando nuevas formas de promover aprendizajes en sus pequeños, demostrando siempre su gran capacidad para armonizar con las maestras y empujar hacia procesos de cambio. Así vinieron los Congresos Internacionales de Educación, las publicaciones de la Gota que Camina, la elaboración de los Proyectos Educativos, experiencias pedagógicas desarrolladas por las maestras de aula, sistematizadas y publicadas, las extraordinarias jornadas sabatinas de Escuela de Padres, el rincón pedagógico y cuanta experiencia pudiera aprovechar de sus visitas fuera del país. Aprendiendo siempre y compartiendo mucho.
Con esa experiencia acumulada, asumió el reto de conducir el Plan Piloto de la gestión educativa en el distrito San Juan Bautista, impulsada en el 2007 en el Perú, en 56 distritos, experiencia propuesta como parte del proceso de descentralización que se impulsara durante el gobierno de Alan García y que lamentablemente se cerró en el 2011.
Era preciso que otra mujer, Mirna Villacorta, que además había logrado llevar sus sueños de una gestión para todos en dicho distrito en su condición de alcaldesa, la convocara para asumir tremendo reto. Validar una propuesta innovadora en nuestro país que apuntaba a mejorar la calidad del servicio educativo, a partir de la acción vigilante de los líderes comunales. Difícil tarea conociendo además cómo se tejen los procesos de manipulación y politización en estos niveles de decisión.
Sin embargo, los maestros y maestras que participaron de aquella experiencia pueden dar testimonio de todo lo que se logró avanzar en calidad de la gestión educativa en el distrito San Juan Bautista. Con las jornadas transparentes para la contratación docente, procesos de capacitación continua, formación de los comités de vigilancia a nivel comunal, medición de los aprendizajes en los y las escolares, acompañamiento en el proceso de implementación de los procesos de aprendizaje. Toda una revolución vivida en un escenario local.
Muchos años después, encontré en mi camino a directivos que participaron en esta experiencia quienes recuerdan con añoranza aquellos años en que mujeres de gran valía conducían la gestión municipal y la gestión educativa en el distrito, “…Eso sí fue un proceso real de descentralización maestra – decía- todos los directivos participábamos en la toma de decisiones con acuerdos que se respetaban y luego medíamos en avance de logros.”
Hoy, doce años después y luego de ser presentada como tesis de maestría en Gerencia Social en la PUCP, la sistematización de esta experiencia es premiada por la Presidencia del Concejo de Ministros, con el primer lugar en el Concurso Nacional de Investigación Innovadora en Descentralización y Regionalización con visión del Perú al 2050. No puedo sentirme sino más orgullosa por haber compartido carpeta de estudios, sueños comunes y amistad fraterna, para una maestra que no solo deja huellas imborrables en sus alumnos y en la gestión pública en Loreto, sino que además continúa aportando como formadora de nuevas generaciones en la UNAP dejando abiertos los caminos, cuya trocha continúa marcando en su andar.





