Hoy, se cumplen 482 años del trascendental descubrimiento del río Amazonas. Es el más largo y caudaloso del mundo, con 7,062 kilómetros de longitud desde su nacimiento en la quebrada de Apacheta, región Arequipa, y continúa hasta su desembocadura, en el norte de Brasil.
Representa cerca de la quinta parte del caudal fluvial del planeta; y posee la mayor diversidad de animales de agua dulce del mundo, estimándose, 2500 especies (Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia – INPA). Entre ellas, paiche, bufeo, anaconda, delfín rosado, piraña, etc.
Es también el principal afluente de la mayor cuenca hidrográfica del mundo, y el recurso natural que por excelencia representa la Amazonía peruana. Extendido en el vasto territorio de Loreto estuvo íntimamente ligado al Perú “por el acendrado espíritu patriótico y la vinculación creada por la naturaleza” (Morey Víctor, 2007).
En 1942, llamativamente a cuatrocientos años del descubrimiento del majestuoso río, aconteció un hecho crucial en nuestra Historia, se firmó el protocolo de Río de Janeiro al haber triunfado el Perú en la Guerra del 41.
La repercusión de dicha victoria es la preservación de la mayor parte de la Amazonía de Loreto, que una tercera parte del territorio del Perú. Incluso, sería inspiración para la construcción del Obelisco de Orellana.
Esta obra monumental se construyó a la victoria de la Guerra del 41, y en el sitio donde Francisco de Orellana vislumbró el río de “Las Amazonas”, es decir, en la confluencia de los ríos Napo y Amazonas, en el actual distrito que lleva este nombre. Además, en este mismo punto geográfico se instaló un destacamento militar que luchó en el citado conflicto bélico con Ecuador.
Así, en el marco de esta notable fecha histórica, la Municipalidad Provincial de Maynas y Municipalidad Distrital de Las Amazonas, en articulación con diversas entidades, llevaron a cabo un programa celebratorio que enfatizó el conocimiento e interiorización de estos hechos históricos.
Concurso literario y de pintura, escenificación de la llegada de Francisco de Orellana, concurso alegórico de pequeñas embarcaciones, conferencia “El descubrimiento del Amazonas por Francisco de Orellana y los aportes de Antonio Raimondi”, velada artística, izamiento de pabellón, sesión solemne, conferencia: “La Guerra del 41 y fundación del distrito Las Amazonas”, entre otros números.
EL NOMBRE DE RÍO LAS AMAZONAS
El nombre de este grandioso río se debe a Fray Gaspar de Carvajal, fraile de la Orden de Santo Domingo de Guzmán, quien lo denominó el río de Las Amazonas, según consta en su obra Relación del descubrimiento del famoso río Grande de las Amazonas.
Por más de 300 años permaneció inédita la Relación de Carvajal hasta que la Real Academia de la Historia lo publicó por primera vez en 1851 en la Historia General de Indias de Gonzalo Fernández Oviedo.
Gaspar de Carvajal era el único expedicionario que sabía leer y escribir. Él, al retornar a Madrid, en 1543, redactó dicho informe de las incidencias del viaje del descubrimiento del Gran Río de las Amazonas o Marañón, que alimentó con su febril imaginación sobre utopías europeas como la Ciudad de Oro (“El Dorado”) y de las mujeres guerreras (“Las Amazonas”).
Asimismo, fue presentada al emperador Carlos V, sirviendo a Francisco de Orellana, quien organizó dicha expedición, para defenderse de la acusación de traición que Gonzalo Pizarro le atribuyó ante los tribunales de justicia de Madrid.
Luego de dos años que duró el proceso, Orellana fue absuelto y organizó una nueva empresa hacia el Amazonas junto a Gaspar de Carvajal. Sin embargo, encontró la muerte en el trayecto, en 1545. Por lo que el cura dominico retornó a Centro América, y luego a Lima. Tiempo después, en su afán de conquista de las almas llegó al Cusco en calidad de superior de su monasterio. No obstante, octogenario e imposibilitado físicamente para emprender los dilatados viajes, murió en su convento de Lima (Santo Domingo), en 1854. La trascendencia de su vida llevó a que su entierro sea honrado con la asistencia de los Cabildos, Tribunales Prelados y religiosos.
Su obra ha perennizado este relevante hecho histórico.