Esperando un milagro

  • El pueblo reza por soluciones urgentes e inmediatas:

 

Por: Adolfo Ramírez del Aguila.

Docente de Educación Secundaria


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La luna de miel del pueblo con este nuevo gobierno instalado el 28 de julio, no ha llegado ni a los cien días. La ciudadanía organizada, exige soluciones al gobierno de PPK. Los nativos, los bomberos, los forestales, los maestros, las amas de casa, los trabajadores en general y los ciudadanos de a pie, quieren sentir que la política es el arte de buscar salidas inmediatas a los graves problemas.

Los nativos. El paro indefinido de nuestros hermanos de Saramurillo sigue casi sin soluciones serias a la vista, va por los 60 días. Hace dos semanas vino una comisión de alto nivel pero con baja capacidad de decisión, incluso nuestra iglesia católica interpuso sus buenos oficios pidiendo un milagro en este mes morado, y casi nada. La comisión volvió a Lima con un acta de compromiso para solucionar en el más breve plazo la urgencia ambiental y social en esa zona y hasta el momento la solución llega con cuentagotas. El milagro de la superación de conflictos socio ambientales, no llega como se esperaba: ¿Tendría que haber un muertito, como ya sucedió en las Bambas, para recién atender la emergencia?

Los bomberos. Somos un país de ripley, nos acordamos de los bomberos solo cuando hay incendios; y lo peor, tuvieron que morir tres valerosos hombres de rojo en Lima para recién acordarnos lo mal equipados que están. Y de seguro, enterrados los héroes, volveremos a nuestra rutina de la indiferencia absoluta hacia una institución que literalmente salva vidas. El milagro de una cultura de la prevención se hace difícil: ¿Y por qué el oficio de congresista no es voluntario y la del bombero la función pública mejor pagada?

Los forestales. Los aserraderos en la Amazonía, están casi por cerrar, los trabajadores que mueven la industria de la madera están de brazos cruzados. La nueva Ley forestal criminaliza esta actividad en la selva peruana. El sector organizado pide al nuevo gobierno el milagro de la solución a este entrampado legal que beneficia a los grandes consorcios taladores pero que persigue a los pequeños extractores. El milagro de una economía diversificada es aún una teoría de escritorio: ¿Qué tendrían que hacer los pequeños madereros para llamar la atención del nuevo gobierno, una marcha de sacrificio a Lima o una huelga de hambre?

Los maestros. Nuevamente engañados por un nuevo gobierno que en campaña electoral ofreció el oro y el moro, firmando actas con el gremio magisterial para que ni bien asumiera el poder, elevara el alicaído sueldo de los profesores. Los maestros piden el milagro de cumplir la palabra empeñada: ¿Espera PPK una primera huelga nacional indefinida del magisterio peruano para recién atender el histórico pliego de reclamos de los sufridos maestros?

Las amas de casa. Las más sufridas, las más preocupadas, las más incrédulas en la mejoría de la economía doméstica. El dios mercado exige sacrificios, comer menos, estirar el poco dinero y rogar al Cristo de Pachacamilla no enfermarse. Todos los días, los productos de primera necesidad suben sus precios descontroladamente. El milagro de vivir dignamente en las elementales condiciones, sigue siendo una utopía: ¿Qué tendrían que hacer las amas de casa para llamar la atención de este oculto descontento generalizado en las familias del Perú?

Los trabajadores en general. Todos los días se pierden puestos laborales y los trabajadores son despedidos. El despido, para agravar la situación, siempre es arbitrario, con trampas legales para no pagar beneficios y seguros. Las leyes laborales en nuestro país, están redactadas pensando en las fáciles ganancias que puedan obtener los dueños del gran capital; las leyes son estructuradas fríamente sin ningún criterio social. El milagro de un trabajo digno y justo no vendrá de la voluntad del dios capital: ¿Despertarán nuevamente los movimientos gestados en las redes sociales, como los anti pulpines, para exigir un trato más humano a la clase trabajadora?

Los ciudadanos de a pie. Estamos cansados de la delincuencia callejera, los robos al paso, las extorsiones, los cobros de cupos y los asesinatos selectivos. Estamos cansados también de la delincuencia de cuello y corbata, que prende uñas y diente al escaso erario nacional. Asesores que se enquistan en la teta del estado para hacer negociazos, alcaldes que hacen obras en función de la comisión que le va a corresponder, presidentes regionales que crean empresas fantasmas para beneficiarse indirectamente de las obras licitadas, ministros que hacen lobbies en las altas esferas. El milagro de la seguridad y la honradez no ha llegado aún con este nuevo gobierno: ¿Cuántas víctimas más deben ser sacrificadas en el altar de la delincuencia para tomar decisiones políticas articuladas a todos los niveles y hacer frente a todo tipo de corrupción?

Cristo de Pachacamilla, concédenos el milagro de tener gobernantes con mayor capacidad de solucionar los problemas y más compromiso con el tipo de país que queremos hacia el bicentenario. Amén.