Estamos en la era geológica llamada del Antropoceno, y en una reciente publicación del CAF2 hace referencia que los puntos de inflexión climática, por acción del hombre, llegan a un punto de no retorno a su estado inicial, por más que las causas se reduzcan o desaparezcan, y la zona donde el punto de inflexión (de no retorno) preocupa por su alta fragilidad y la alta intensidad de intervenciones, es la perdida de la selva amazónica.
Es el lugar donde habitamos los Amazónicos del Perú y los que se ubican en otras naciones con las que compartimos ésta realizada territorial tropical, que es la geografía que nos plantea muchos retos. Sobre este tema se refiere en una de sus últimas publicaciones el economista e investigador Róger Grández Rios, que bien sabemos nuestras actividades económicas están ligadas a la naturaleza que nos rodea.
La falta de una planificación ordenada, el desborde de actividades ilícitas a todo nivel (narcotráfico, minería aurífera aluvial, minería no metálica, tráfico de madera, invasiones para el cambio de uso de suelo) marcaron el rostro de la Amazonía peruana en un punto de inflexión de no retorno.
Estas actividades no solamente se expandieron, con el tiempo tomaron fuerza y llegaron a diversificarse al extremo que tienen el control político, económico-financiero y territorial en las áreas de influencia, y más allá de sus fronteras de acción.
El tan mentado desarrollo territorial para amalgamar procesos continuos de producción con miras a explorar y penetrar mercados para así cambiar la vida de sus ciudadanos, es tan poco significativo en su cuantía si la comparamos con el valor de producción generada por actividades ilícitas.
Los acuerdos mundiales por el clima y los distintos pactos señalados en múltiples foros, al parecer no tienen carácter vinculante con las decisiones de políticas de cada país, pues no hay indicios claros de su desvinculación con el uso de energías convencionales ni la intención clara de limpiar los ecosistemas afectadas por actividades extractivas e ilegales, ni tampoco detenerlas.
Cuando esto ocurra estaremos ingresando a una frontera de compromisos con decisiones para trabajar por el ambiente y el clima para alcanzar metas en dos momentos: 2030 y 2050. Sin ir muy lejos, en agosto pasado en la ciudad de Manoas, Brasil, se desarrolló La Cumbre Amazónica que reunió a los 8 países integrantes de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) del cual el Perú es miembro, firmaron compromisos de acción para conservar la Amazonía en 18 ejes temáticos.
El Perú debe examinar el potencial de crecimiento asociado con el uso sostenible de su vasto capital natural. Invertir USD6,000 millones entre el 2023 y 2050 en intervenciones de paisajes forestales podría crear cerca de 85,000 empleos anuales durante el mismo periodo, multiplicar por siete la contribución del sector a la economía y elevar su contribución al PIB de 1.9% que tiene en 2023 a 2.5% en el 2050.
Es parte de la reflexión del autor, donde también hace énfasis sobre el acceso al desarrollo de los pueblos originarios, que es un derecho y justicia, que debe contemplar un frente de planificación inteligente en tres dimensiones básicas: debe ser inclusiva (para disminuir las desigualdades), resiliente y de productividad; denominado infraestructura verde. Haber. ¿Dónde están los políticos estadistas amazónicos? Su liderazgo es importante, así como de una ciudadanía más activa en el qué hacer gubernamental.
Era del Antropoceno
