EL SILENCIO DE LOS INOCENTES Y LA PROYECCION SOCIAL DEL CONSORCIO DE COLECIOS CATOLICOS.

POR: JUAN SOREGUI VARGAS.

Hace dos meses, por intermedio de notas en este Diario y en las páginas de red social, en facebook, sugerí a las autoridades en general, a los colectivos y sociedad civil en particular, que se hiciera una campaña más práctica para prevenir los accidentes en estas calles de Dios, indicando una serie de estrategias, en la que considerábamos preliminarmente la señalización de los profundos huecos que vienen dejando las obras en las diferentes zonas de la metrópoli.

Algunos de nuestros lectores, nos dijeron está bien la idea, pero nadie hizo nada por movilizar a los ciudadanos de los diferentes barrios de manera efectiva para por lo menos poner señales que permitan a los transeúntes y motociclistas percibir el peligro de estos baches, que ya han causado tragedias en numerosas familias loretanas.

 

La mayoría de los ciudadanos de esta ciudad que parece sin ley y sin orden, no ha dicho nada, es como si estuvieran picados por la mosca del sueño africano, y adormecidos como están no les importa la salud del prójimo, convirtiéndose en cómplices de malas autoridades y empresarios de todo tipo que quieren crecer económicamente sin responsabilidad social ni ambiental.

 

Dos meses estuvo latente esta iniciativa, hasta que al borde inicial de la semana santa me comuniqué con un amigo director de un colegio del consorcio de católicos de la ciudad, el colegio particular San Agustín,  el hermano Víctor Lozano, que ya tenía en mente hacer algo con solicitudes a autoridades, pero al final quedó convencido con mi idea de hacer primero la obra de señalización con alumnos y profesores de esta agrupación educativa  para sensibilizar a nuestros gobernantes de todo los niveles y, mediante este tipo de grito silencioso de trabajo de alumnos inocentes pudiesen abrir las puertas de los corazones de los que nos gobiernan para prevenir accidentes y tragedias que han enlutado muchos hogares.

 

Hoy, 13 de abril, creo que se abre un nuevo espacio para protestar eficaz y eficientemente, con sensibilidad social, con amor al prójimo y a uno mismo. Después de consultar con el directorio de los diferentes colegios del consorcio católico, el hermano Víctor y  los directores de estos centros educativos sectorizaron sus áreas, señalaron los hoyos donde se colocarían las banderas rojas y con el entusiasmo característica de los jóvenes y de amor al prójimo que les enseñan en sus hogares y en sus aulas, salieron con sus picas con banderas rojas para cubrir gran parte de estos huecos que esperamos sea un ejemplo multiplicador para otros centros educativos y para los colectivos ciudadanos que solo hablan y hablan.

 

La fe sin obras no vale nada dice la biblia, yo digo que la palabra sin obras no tiene ningún valor y, en este caso, creo, que los alumnos agustinianos y los de los otros colegios del consorcio quieren llamar a la acción a los otros estudiantes y profesores y hacer una proyección social de gran sentido humanitario.

 

Hemos recorrido con nuestra cámara por todos los lugares de la jurisdicción de estos colegios y hemos visto con satisfacción las picas con banderas rojas que esperamos salven de accidentes a los transeúntes y motociclistas. Por la zona del colegio San Martin de Porres que dirige con calidad y eficiencia  el profesor Jaír Márquez, por el de la Salud, y por todas las áreas en donde se ubican estas instituciones.

 

Esperamos que este ejemplo de proyección a la comunidad sea multiplicado mil por mil como dice la biblia por las universidades y por otros colegios y  despierte del sueño a las autoridades y trabajen en esta emergencia, por lo menos hasta que se terminen bien las obras, porque está bien apoyar a los inundados pero creo que es indispensable  contribuir a prevenir accidentes lamentables que se pueden evitar con estas actividades llenas de amor al prójimo que hicieron los agustinianos ( con la orientación del hermano Lozano, de la profesora Silvia Reátegui, del profesor Elder Quevedo, de Juanita Mesías, entre otros), los de San Martin de Porres, los de la Salud, los de la Familia, los de la Virgen de Loreto. El espacio del grito de los inocentes y la cooperación a la comunidad está abierta, solo queda que otros se aúnan a esta gesta histórica en Iquitos.