Dragas, otra vez

Nuevamente las dragas vuelven a ocupar la portada de nuestro diario. Este peligro público no puede ser erradicado a pesar de los constantes operativos que realiza Capitanía de Puerto por los ríos de nuestra Amazonía, especialmente por el río Nanay que es de donde Iquitos se abastece de agua.

Esta vez, el operativo se desarrolló en los ríos Amazonas y Napo, donde se logró ubicar, pese a estar camufladas, a dos embarcaciones equipadas con todo lo necesario para la extracción de oro del lecho del río.

La ambición por la posesión del metal más preciado del mundo, ha convertido en delincuentes a muchos hombres que cegados por la obsesión de poseer riquezas, destruyeron sus propias honras y se dedicaron a traficar con el oro.

Desde tiempos idos, el oro ha sido motivo de matanzas al igual que hoy, con el mercurio necesario para el lavado del oro, se está matando la vida de la fauna y flora de los ríos, lo que a la larga se proyecta a la vida del hombre porque es un metal sumamente contaminante.

Los que hoy financian este tipo de delito, deben ser puestos a consideración del Poder Judicial para que reciban una ejemplar pena carcelaria. No sirve de nada que se incaute una embarcación o se la destruye, sino es que se castiga a quién la financió. Este nunca ha sido un trabajo limpio porque en la extracción del oro aparecen otros tipos de delitos execrables, por cierto.

De todas maneras, habría que completar el trabajo de la Capitanía de Puerto con mensajes que eduquen a las poblaciones ribereñas sobre el peligro que constituyen las dragas en los ríos, porque ellos serán los primeros afectados; que se pida la colaboración de las comunidades campesinas y nativas para que denuncien la presencia de las dragas en sus ríos a fin que sean intervenidas a la brevedad posible y se neutralice el daño a nuestras fuentes naturales de vida.