El jueves 1 de mayo amaneció con un clima fresco y al paso de las primeras horas del día el cielo se mantuvo con poca luz solar, mientras se desarrollaba la ceremonia de zarpe de los buques de Perú y Colombia para una jornada social en varias comunidades de la frontera del río Putumayo.
Un movimiento normal se podía observar en los buques acoderados en el embarcadero de la base naval Manuel Clavero Muga, con los ajetreos propios de estar a poco rato de zarpar, donde marineros peruanos y colombianos que conformaban las tripulaciones se despedían protocolarmente.
Era un ambiente festivo donde a ritmo de cumbia colombiana, marinera peruana y el ritmo de la anaconda amazónico – peruano se engalanaba el noble objetivo de la XVI Jornada Binacional de Apoyo al Desarrollo Perú – Colombia, junto al discurso de los almirantes de ambas naciones respecto al objetivo humanitario y socialización cívico – militar.
La prensa local que estuvo en esta ceremonia de despedida departió conversaciones con algunos de la tripulación y se conversó sobre la seguridad centrado en el actuar de la delincuencia en los ríos y la presencia del narcotráfico en una zona como el Putumayo. Pero, la desgracia para el B.A.P. Ucayali estaba destinado a venir de otro punto.
Y así, amanecimos el día viernes 2 de mayo, con la triste noticia del choque que sufrió contra otra embarcación de una empresa petrolera, anclada en medio río, en la zona de la boca del Napo, que sale al Amazonas. Era de noche, con un mal temporal, no había mucha visión, según se dice de las primeras versiones. Que el radar no respondió debidamente y la luz del farol no habría sido suficiente para mirar el obstáculo.
Las investigaciones prosiguen para conocer qué pasó realmente. Lo que sí podemos decir de acuerdo a nuestra insuficiente experiencia en navegación por río, es que se pudo evitar si se habría aplicado una regla común: ante pésimo temporal y siendo de noche pudieron atracar en la orilla, hasta que pase. A veces nos confiamos demasiado, o arriesgamos la propia seguridad vital, para llegar puntuales a un sitio programado.
Es duro sentir que los vimos hace unas horas y ahora ya no están, vaya nuestro más sentido pesar a los familiares de los Oficiales de Mar OM 3 Art. Gonzalo Apaza Huanca y OM 3 Mot. José Antonio Francisco Morales. “Su entrega, compromiso y servicio a la patria permanecerán siempre en nuestra memoria y ejemplo”. Dice el pésame de la Marina de Guerra. En tanto, continúa la búsqueda del comandante de la unidad Teniente Primero, Juan Miguel Dávila Arévalo. Tenemos un triste inicio de mes.
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Destino a dura prueba
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