Estamos profundamente apenados por el dolor de las familias que desde hace buen tiempo alguno de sus seres queridos han sido víctimas del accionar de sicarios en la ciudad de Iquitos, que antes era celebrada como un lugar paradisiaco lleno de paz.
“Parece otro país”, fue la frase que se acuño en una campaña turística porque mientras en el resto del país el terrorismo azotaba tristemente a nuestros compatriotas, acá no se daban los ataques, tampoco había delincuencia común, ni crimen organizado. Actualmente el nivel de peligrosidad de la delincuencia nos ha rebasado. Y cegar la existencia por encargo al margen de cualquier motivación no se justifica, es un crimen penado.
Si bien comparativamente, las estadísticas de criminalística deben ser bajas respecto a otras ciudades de nuestra nación, eso no quiere decir que estemos bien. Nos resistimos a aceptar que diariamente maten a personas y se normalice. Por eso decimos que nos ganó el descontrol.
Estamos en un escenario donde la delincuencia controla en la práctica el territorio, porque cometen sus delitos y no se logra desarticular las bandas. Y lo que es peor para la sensibilidad ciudadana nacional son capturados por la policía, pasa a la Fiscalía y en un juzgado cualquiera son liberados, ello, porque desde el parte policial se generan vacíos e inconsistencias que ni siquiera permite acusar en el nivel fiscal.
Todos sabemos que las mañas muchas veces favorecen a la delincuencia que ataca sin importar la presencia de niños y ancianos, o personas vulnerables. Por eso se insiste que desde el Congreso de la República se modifiquen ciertas normativas que relativizan la lucha contra el crimen, y en la práctica la favorecen.
La Policía Nacional hace esfuerzos, sería mezquino no reconocerlo, pero, están equivocados si piensan que solo actuando luego del crimen cometido y encontrando a los “presuntos”, representa el éxito de la lucha contra este mal social, para nada, porque son vidas que se pierden y no se recuperarán nunca más.
El tema es cómo hacer que estas bandas sean desarticuladas, y que la policía con su equipo de inteligencia en un plano de la investigación e intervención les esté pisando los talones, anulando su accionar, que sean descubiertos antes de ejecutar sus planes contra la vida, así como que las demás entidades implementen medidas de prevención que sea de obligatorio cumplimiento y hacer que se cumplan, como, por ejemplo, el no andar en moto tapándose total el rostro, intervención de motocarros sin placa durante las 24 horas, la placa obligatoria en el toldo, expulsión de extranjeros irregulares, con mala conducta y con antecedentes, etc.
Descontrol
