Nuevamente la naturaleza cobra los daños recibidos. Otra vez el río Huallaga ha afectado a miles de pobladores de los asentamientos humanos y localidades. El agua no perdona y sube hasta niveles perjudiciales.
Según datos proporcionados por la Secretaría Técnica de Defensa Civil de Loreto, el nivel del Huallaga ha superado en 45 centímetros al último registrado, lo que ha hecho que 2,720 familias se vean hoy en una difícil situación, al haber perdido sus animales y sus áreas de cultivo destruidas.
El río está en 135 metros sobre el nivel del mar, dato registrado el último domingo. Ante este cuadro, el concejo provincial de Alto Amazonas se ha visto en la necesidad de declarar en emergencia a su jurisdicción, ordenando se dé la ayuda necesaria a los damnificados que lo han perdido todo.
Esta situación es de todos los años, no solo aquí, sino en el mundo, que sufre los embates de la madre naturaleza como consecuencia del cambio climático que sufre el planeta, el deshielo de los polos y el aumento de la destrucción de la capa de ozono.
Y, como estas tragedias se irán dando hasta en mayor medida sucesivamente por el resto de la existencia de la tierra, en lo que nos toca tendremos que ajustar la agenda, poniendo como una de las prioridades, un fondo destinado a socorrer a quienes son los directos afectados como es el caso de los agricultores que han perdido sus plantaciones.
Pero donde se tiene que actuar con firmeza es en la prohibición de levantar viviendas en zonas ubicadas cerca a las orillas de los ríos, para evitar que cientos de familias sufran cuando las aguas suben. A ellas hay que darles una ubicación en terrenos del Estado, donde estén lejos de la llegada de las aguas.