Cementerio clausurado

Los restos humanos regados en las inmediaciones de la calle adyacente al clausurado cementerio de Punchana, en el asentamiento humano «Delicia Manzur», presentan del diario un macabro espectáculo.
El camposanto, ubicado en una parte alta de ese sector, está cerrado por disposición municipal, porque el terreno donde se ubica es flojo, no consistente, la tierra se derrumba y es de donde caen los ataúdes hasta la calle, destrozándose y exponiendo los cadáveres, antiguos y recientemente enterrados, que cubren de fétidos olores, propios de la descomposición, causando serias molestias a los vecinos que están expuestos a contraer enfermedades provenientes de la putrefacción.
Si bien es cierto que hay la disposición de clausura, es más cierto todavía que se siguen enterrando restos humanos, labor clandestina que realizan personas  irresponsables que no saben el daño que hacen al vecindario.
Claro que las puertas de este cementerio permanecen abiertas para que los deudos de los fallecidos visiten las tumbas de sus seres queridos, lo que no se puede objetar. Mas, en horas de la noche, amparado por la oscuridad, llegan personas con ataúdes para enterrar a sus muertos, sin autorización alguna, por supuesto, pero contando con la complicidad de enterradores.
Que el cementerio siga siendo visitado, bien, pero como está clausurado no debe haber un solo entierro más, lo que la municipalidad debe hacer cumplir estrictamente, tomando en cuenta el peligro al que está expuesta esa población por la exposición de restos humanos.
Otra labor de urgencia es la ubicación de un nuevo terreno donde dedicar a los entierros, que no tenga las anomalías del clausurado, sino que su terreno sea apto para este tipo de cosas, con lo que se solucionaría este delicado problema.