Cuando las autoridades desarrollan sus actividades inherentes al cargo, muchas veces tienen que acudir a pedir interponer sus buenos oficios de los congresistas, quienes muchas veces por no comulgar con las ideas de quien va a pedir el trámite, simplemente lo mandan al desvío o se «hacen los locos», sin pensar que eso no es un desaire personal, sino el más grosero menosprecio al pueblo que los eligió.
Otras veces tienen que valerse de un amigo de las altas esferas del gobierno de turno para que les hagan el puente para poder llegar al ministro o al propio presidente. Claro, eso en instancias muy especiales.
Hace escasos días, las principales autoridades regional y municipales de algunas provincias de Loreto, tuvieron un encuentro muy productivo con las más altas autoridades del gobierno central.
Lo que hay que aplaudir es que entre la delegación loretana se haya logrado el entendimiento entre sus representantes, quienes parece ya llegaron a entender su rol, poniéndose de acuerdo en el discurso a utilizar como fiel reflejo de las necesidades colectivas, para así lograr sacarle al centralismo el aporte necesario para solucionar la problemática.
Según el presidente regional, uno de los temas que llegó a concitar el interés del ministro de Energía y Minas fueron los problemas originados por el deficiente servicio eléctrico, para lo que se necesita la interconexión eléctrica a la red nacional o la construcción de la hidroeléctrica de Mazán y, lo que con gran preocupación expresa la primera autoridad de Loreto, la construcción del ferrocarril para salir del ostracismo en que vivimos.
Hay muchos más temas tratados, que ya dimos cuenta en nuestra edición de ayer, de donde debemos destacar lo tratado sobre el narcotráfico con el planteamiento no sólo de intervención policial, sino con alternativas de desarrollo que reemplacen el sembrío de coca en alejadas provincias como el Napo, Putumayo, Yavarí, Ucayali y Bajo Amazonas.
Que esta haya sido la primera y no la última vez que nuestras autoridades se conduzcan como el pueblo lo desea, en armonía en bien de la colectividad.