Una nueva edición donde la cultura urbana e indígena toman las calles, anuncia la Asociación Cultural Estamos en la Calle; para este año 2016, ha elegido trabajar (como todos los años tiene una temática) el nombre de «Hijos de la Contradicción» que busca plantear una reflexión entre el colonialismo y los procesos de descolonización necesarios para un mejor y más saludable vivir.
El cronograma de actividades de este año se desarrollará desde el sábado 23 hasta el sábado 30 de julio. Sin embargo, algunos procesos de capacitación, preparación y coordinación comunitaria, ya se vienen dando con anticipación.
«En las aulas nos enseñan que la colonización, como proceso histórico, acabó. Sin embargo, vivimos y estamos anclados en lo que ese proceso histórico significó. Las estructuras del poder hegemónico moldean nuestra vida y nuestra conciencia hasta hoy. Somos también producto de esto, somos hijos de la codicia, de la ciencia, del confort, de la moral judeo cristiana, de la razón, de la competencia, de la tecnología. Pero también en nosotros convive la historia no contada, la voz acallada, la tradición muchas veces despreciada, el conocimiento «no racional», la magia, la fiesta, la sabiduría ancestral», refieren los organizadores.
Refieren que existen formas, ideas, pensamientos y prácticas que se contraponen, discuten entre sí, se complementan, nos ayudan o nos estorban, contribuyen al bienestar o la felicidad, o nos impiden acceder a ellos.» Descolonizar el pensamiento, es asumir que lo que traemos con nosotros es un constructor humano transmitido de generación en generación, y que responde a necesidades concretas en un tiempo y espacio concreto. Al ser una construcción humana, nuestra forma de pensar, creer y sentir, no es inmutable. Puede ser modificada, transformada, reemplazada. Entendemos la descolonización del pensamiento como la acción de desechar formas de pensamiento que limiten, impidan o perturben nuestro derecho a la felicidad. Desechar las ideas que nos han impuesto y que las sentimos como naturales y propias, cuando realmente estas nos afectan, nos coartan, nos trasgreden; y mantener las que nos sirven, nos importan, nos permiten ser felices. Esto implica incluso desechar de lo ancestral lo que nos daña y mantener lo que nos sirve de lo foráneo».
Descolonizar significa reconocer, tomar conciencia, mirar esas antiguas estructuras que nos oprimen, y ser capaces de desecharlas, transformarlas, reconfigurarlas. Generar nuevas ideas, un sentido común que nos provea de felicidad, de bienestar, que nos permita ser coherentes y libres.
Proponemos observar, cuestionar, des-naturalizar el sistema impuesto y en el que vivimos día a día, reproduciendo sus ideas y prácticas. Queremos reflexionar, sorprendernos, no dar nada por sentado. Las cosas no simplemente son así, porque así son. Queremos poner en evidencia las estructuras (discursos y prácticas) desde las cuales nos percibimos, nos entendemos, nos encontramos. Nuestras formas de ver, de sentir, de pensar, las hemos construido colectivamente, son parte de un consenso social, que llamamos cultura, y la cultura no es estática, ni inmutable. Es dinámica y cambiante. Podemos cambiar estas formas, si no estamos conformes con ellas.
Alguna vez nos hemos preguntado, por qué tenemos que vivir en una ciudad amazónica que no responde a las necesidades y características de la Amazonía. Por qué tenemos que vivir en un espacio donde las mujeres no se sienten seguras en las calles, donde los niños no acceden a la escuela, donde la gente no tiene derecho a una salud de calidad. Por qué seguimos escogiendo con resignación a presidentes y funcionarios públicos que sabemos mantienen la corrupción que nos empobrece, quien nos ha hecho creer que así tiene que ser, que nos ha hecho creer que esta es la única manera que el Perú tiene de funcionar.
Y así también nos preguntamos por qué dejamos de conectarnos con el bosque, con el beneficio de sus elementos, con las plantas que nos curan, con el amor a nuestro territorio. Con los seres espirituales que en el habitan. Por qué dejamos de hablar nuestra lengua, y valorar nuestra sabiduría ancestral.
«Desde ese cuestionamiento y con la voluntad de cambiar, proponemos descolonizamos para vivir mejor, para sentirnos bien, para escribir nuestra propia historia, para decidir sobre lo que queremos ser. Entendemos la descolonización del pensamiento como un acto de autonomía, como un camino de construcción colectiva en solidaridad, creatividad, verdad y libertad».
EL DATO: Todos los jueves se vienen desarrollando reuniones abiertas en la Dirección Desconcentra de Cultura, ubicado en el Malecón Tarapacá cuadra 3, donde todos los interesados pueden participar. (MIPR)
Anuncian el 9º Festival del Arte Urbano Amazónico “Estamos en la calle” – “Hijos de la contradicción”
