Una costumbre que se ha vuelto popular en todo el mundo
*Desde hace pocos días las prendas amarillas vienen invadiendo el mercado.
El amarillo es el color del oro y la creencia gira en que si se usa algo de ese color para el Año Nuevo, se estará bien económicamente. Al igual que si se usa el rojo, tendrán mucho amor o una buena relación durante todo el año. Si se usa el blanco, a lo mejor sale por ahí el matrimonio. Existen varias creencias y supersticiones respecto a los colores, pero siempre hay que recordar que para conseguir lo que se desea el próximo y los siguientes años, uno mismo se tiene que esforzar en todo lo que se haga para tener un futuro bueno.

Es común relacionar el Año Nuevo con el color Amarillo. Cábala, costumbre o rito, los cierto es que esto ya forma parte de una tradición que se ha vuelto popular alrededor del mundo. Desde piñatas, sombreros, anteojos, ropa íntima y varios objetos de color amarillo le dan una tonalidad a la fiesta de Fin de Año. Muchos han adoptado esa costumbre, pero no hay un conocimiento real de su significado o de su origen.
Para muchos es solo una nueva etapa, como un nuevo año, un cambio de energía y una oportunidad para dejar atrás todo lo malo, los malestares, las injusticias y los resentimientos. Todo cambia con el “color amarillo», explica un reconocido Tarotista de la calle Capón-Lima.
El color amarillo está relacionado con el sol, el mismo que adoraban los celtas, los incas y los aztecas por la imponente presencia que tenía y porque podía »brillar el camino hacia la abundancia» si se le rendía culto. El amarillo está relacionado también con las buenas energías, la felicidad y prosperidad. El origen de esta tradición es occidental, pues ésta proviene de culturas pre-cristianas (conocidas como paganas) y representa el sol. Por su origen desde el punto de vista agrícola, significa un nuevo origen.
El usar ropa interior amarilla atribuye un poder especial que puede ser sugestivo y provocar un cambio de actitud real, más aún por la intimidad que implican estas prendas.
En el corazón de Belén las tiendas y los ambulantes, han repletado sus estantes de prendas amarillas, con la esperanza que todo se les acabe el día de hoy. Y de seguro regresarán a sus casas contentos por la buena suerte que les ha brillado, gracias a la venta de las prendas amarillas. ¡Feliz Año Nuevo!





