La reciente tragedia protagonizada por un helicóptero de la empresa Helipac que se precipitó a tierra, el último domingo, mientras trasportaba a personal que se dirigía a cumplir su faena para la petrolera Pluspetrol, ha puesto en tapete el tema de la validez de operatividad de las máquinas que vuelan, sean aviones, avionetas y helicópteros que prestan servicio en nuestra región. ¿Están aptos para seguir volando?
Los accidentes aéreos, en su mayoría, se dan porque las máquinas ya cumplieron con creces sus horas de uso permitidas técnicamente. Más allá está la pericia de los pilotos que en actos heroicos podrían eventualmente salvar una situación fatal, haciendo que las máquinas aterricen, forzadamente, sin ocasionar daños a sus ocupantes.
En Loreto, las autoridades de transporte aéreo deberían dar a conocer a la prensa, el estado en que se encuentra el parque aeronáutico, detallando las pruebas a que han sido sometidas y cuál ha sido el resultado obtenido. Por otro lado, de encontrarse consideraciones que pongan en evidencia un inminente peligro, se deberían actuar con rigor, prohibiendo el uso del aparato, resguardando así la vida no solo de los pasajeros, sino de la misma tripulación que muchas veces es obligada a levantar vuelo por razones inconfesables.
Conocer la situación en que se encuentran técnicamente, en este caso los helicópteros, es impostergable, ya que estos aparatos son los que se utilizan diariamente en el transporte de pasajeros, trabajadores de las empresas petroleras que operan en esta zona.
No esperemos que de aquí a poco, una nueva tragedia aérea enlute más hogares loretanos.