Diálogo pro soluciones

editorialLos acuerdos suscritos en Saramurillo representan un gran avance en el tema de encontrar soluciones a través del diálogo y el sinceramiento de las posibilidades. Esto se puede, esto no, en esto podemos hasta esta parte y en determinado tiempo, lo cual se tiene que establecer, y en cuanto tiempo nos volvemos a encontrar para evaluar los avances o detectar causas de demoras.

Más o menos ha sido el espíritu del proceso de diálogo con las federaciones indígenas de las cuencas fluviales de la Región Loreto, con problemas a causa de la explotación petrolera, principalmente a consecuencia de los derrames del crudo. Pasaron varias décadas para que una gestión de gobierno central como la actual, previa huelga indefinida indígena (primera en la historia), voltee la mirada y se presente para hablar con las formalidades de ley.

Y no es que en las anteriores protestas indígenas se haya hablado con informalidad, es que el mismo proceso casi nulo en resultados, las dio esa condición de tal. Hasta hace dos meses los líderes indígenas enrostraron a las autoridades que, por ejemplo, las últimas cuatro actas firmadas no se estaban cumpliendo; como ya sucedía con otros documentos firmados desde hace mucho tiempo atrás.

Entonces, razón tuvieron de sobra para decir, basta ya, estamos cansados de estos procesos sintomáticos que revelan que los gobiernos no los toman en serio. Y es que aquí hay un antes y un después. Antes en las mesas de negociaciones los indígenas iban en total desventaja, frente a personajes preparados profesionalmente. Luego de haber recibido educación y contando con profesionales indígenas. Esta vez el diálogo fue homogéneo.

Esto también denota de posiciones anteriores abusivas, porque se aprovechaban de la condición de ignorancia indígena de temas y procedimientos occidentales, no propios de sus organizaciones ancestrales; para engañarlos. Y es lamentable que los gobiernos locales (regional – municipales), no hayan salido al frente en sus defensa contando con cuadros preparados técnicamente.

Parece que esto ya quedará para la memoria histórica de los pueblos ancestrales de la región y una nueva etapa se ha iniciado. Ello lo comprobaremos en unos meses cuando se empiece a esbozar los primeros resultados. Lo que nos llevaría a saludar la posición dialogante del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, quien como Jefe Supremo de la República, ha iniciado un proceso de diálogo a todo nivel, en busca de consensuar una agenda nacional. Un camino lleno de kirumas (obstáculos) que todos los peruanos tenemos la obligación moral de ayudar a librar.