Ansiada paz fronteriza

Es inevitable que se nos venga a la mente las incursiones de las FARC en la frontera de nuestro país con Colombia a lo largo del río Putumayo, cuando hoy se firmará el acuerdo definitivo de paz en la ciudad colombiana de Cartagena. Hubo un momento en que hizo temer una presencia más marcada en nuestro territorio de la guerrilla del vecino país.

Felizmente,

este episodio de sangre para Colombia termina hoy, con lo que se desvanece también nuestra tensión por las decenas de comunidades ribereñas del Putumayo que vivieron ciertas temporadas de peligro.

Luego de la reunión realizada en Cuba entre las autoridades colombianas y miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias – FARC de Colombia, se pensaba que la agenda que se venía para llegar al acuerdo definitivo iba a durar por lo menos un año, pero la firma de hoy es la muestra más concreta que cuando se quiere recuperar la paz, el camino sí se puede acortar.

El líder de las FARC Rodrigo Londoño, ha hablado claro y directo de forma pública al señalar que todos los guerrilleros están de acuerdo con la decisión tomada en Cuba, el mes de agosto pasado. “No hay razón para atizar el fuego de una guerra que se apaga”, señaló en alusión a los líderes políticos colombianos que no están de acuerdo con el proceso de paz.

Nada justifica lo que motiva los enfrentamientos violentos seguidos de muertes, aunque quizás para propia tranquilidad como personas y organización, los exguerrilleros asumen que “se está dando inicio a una gran transformación política y cultural de construcción social”. Y más vale tarde que nunca, la recuperación de la paz en bien de las futuras generaciones de colombianos, que repercutirá positivamente en América Latina y el mundo.