Titulares

SEÑOR, HAZ DE MÍ UN INSTRUMENTO DE PAZ.

Por: Luis Roldán Ríos Córdova.            rioscordova2010@hotmail.com

 

Esta expresión es la clásica escuchada en las reuniones políticas, sociales o religiosas.

Si parto de la premisa que la paz es hija de la justicia, mal haría pedir ser un instrumento de paz sin mencionar a la justicia que es madre de ella.

Justicia lo necesitas tú, lo necesito yo, lo necesita el pobre, el rico, el perseguido, el maltratado, el indígena; justicia necesita Loreto, dentro del Perú, en fin, justicia necesita cada niño abandonado cuya existencia y calidad de vida parecería ser menos digna que de la mascota que muchos adoptamos como hijo.

Justicia es ver en cada niño pobre al Dios que amamos, justicia es ver el respeto a las normas de convivencia propuestas por Jesucristo, justicia es ver el rostro de Cristo en cada pobre, desde los puestos de gobierno.

Señor, haz de mí un instrumento de paz, se repite también en las iglesias, pero ninguna asume que la paz no llega si no hay justicia, ¿por qué no pedir que el Señor haga de nosotros un instrumento de justicia? La paz no viene de la nada, ella viene por añadidura de la equidad, del equilibrio, del desarrollo compartido, de la buena voluntad, del respeto al bien común y al derecho de los demás.

Se dice que somos arquitectos de nuestro propio destino, cierto, lo cual de hecho significa que tenemos mucha responsabilidad sobre nosotros mismos,  el éxito tiene una explicación, el fracaso viene etiquetada con mil excusas.

Si tienes un sueño, persíguelo con tenacidad, honestidad y dedicación hasta conseguir el éxito de tu propósito, no tengas miedo a los retos; recuerda, nunca sabemos de lo que somos capaces de hacer hasta que lo intentamos. Si tienes buena voluntad contigo mismo y con los demás, sigue adelante, la fuerza más poderosa es la fuerza de voluntad. Si tienes éxito ganarás amigos falsos y enemigos verdaderos, pero igual, ten éxito de todos modos. No olvides, lo que el hombre siembra, el hombre cosecha, aunque algunas veces lo bueno sembrado da mala cosecha; pero igual, esfuérzate, enfrenta el desafío, atrévete a hacerlo, si el éxito tiene un precio, ¡pues hay que pagarlo! Debemos ser como la piedra que queremos esculpir, mientras más golpes la damos, más perfecta la estamos haciendo. La fe todo lo puede. Si dices no puedo, ya fuiste derrotado antes de empezar, o siquiera antes de intentar, por lo tanto si no quieres ser uno más del montón, aprende a ser diferente, no quieras cambiar al mundo, cambia tú. Eso basta.

En la lucha diaria pedimos dinero prestado, ¿verdad?,  pero pide dinero prestado cuando estés en condiciones de pagarlo, no cuando lo necesitas, el primero es negocio, el segundo es mendicidad, puede que te acostumbres a eso.

Vayamos lento pero seguro, acuérdate que la vida no es una carrera de velocidad, sino de resistencia.

En el avatar de la vida el sentido de vivir es vivir para servir, si sólo buscas riqueza, serás tan pobre que lo único que vas a tener es dinero, entonces podrás comprar una casa, pero nunca un hogar; podrás comprarte una cama, pero nunca el sueño.

En medio de todo, somos lo que pensamos y lo que hacemos, más que lo que decimos, Siempre es mejor hacer lo que decimos que decir lo que hacemos. La confianza la ganamos en mucho tiempo…y la podemos perder en un instante. ¡Mucho cuidado!

A veces es bueno no escuchar todo lo que dicen ni decir todo lo que escuchamos, pues como dijo Christian Barnard, «El que habla todo lo que sabe, dice lo que no conviene», cuida continuamente que tus palabras sean mejores que tu silencio.

Es importante no andar de prisa.  En la vida hay que hacer lo que Napoleón decía a su asistente: «Vísteme pausadamente que estoy apurado»

Si queremos ser grande es mejor empezar de abajo, pues, las reglas del éxito siguen las leyes de la arquitectura: Mientras más arriba quieres llegar, más abajo tienes que empezar.

Cuando tenemos éxitos vamos a recibir muchas pedradas, que no te quepa duda, pero, sirva de aliciente aquello de que los árboles que más frutos dan son los que más piedras reciben.

Tener éxito tiene sus riesgos, claro que sí, ante esto, valor, acuérdate que  no es valiente aquel que no tiene miedo de atreverse, valiente es aquel que a pesar del miedo se atreve.

Despertemos para poner a trabajar nuestros sueños pidiéndole al Señor que haga de nosotros un instrumento de justicia.

Un abrazo para todos los amigos que escriben a mi correo y otro para aquellos que no lo hacen todavía………………..¡FELIZ AÑO PARA TODOS!