¿La ley encima de la libertad?

Un conocido político  en Iquitos,  esbozó hace poco  la tesis que señala  que la ley se encuentra por encima de la libertad  y que ésta  nunca ha sido sabia, sino  dictada para oprimir.  Como respuesta  le diremos que  no es posible tener leyes sabias ni cumplimiento libre de las leyes sabias, a menos que exista la expresión libre de la sabiduría del pueblo.   Pero si hay libertad, la insensatez morirá por su propio veneno y la sabiduría sobrevivirá. Es esa la auténtica prueba de la semejanza del hombre con Dios  contrario al sojuzgamiento a través del terror y  las armas.

Consultamos el tema con un maestro universitario, Carlos Callegari, porque a él le  escuchamos en cierta ocasión decir que  nuestro personaje insiste en   afirmar  que la libertad no es para estos tiempos,  porque  en  la actual libertad de prensa  se halla en  peligro  el proyecto desarrollo de su entidad política . Nuestro amigo y colega señala  que tal hipótesis  carece de prospectiva  de desarrollo y no es sustentable en el  tiempo.

Estamos  de acuerdo y no lo  podemos ocultar  que la  gente sigue  sufriendo el desprecio del gobierno,  pero llevar a cabo tales  supuestos sería  volver al pasado con  teorías que yacen sepultadas y hoy, sin ninguna responsabilidad aspiran desenterrar, otra vez, militares   aventureros de la política,  que  no caen en la  cuenta del peligro y amenaza que pendería   sobre  la nación al sobrevenirle un estado de extrema postración, acompañado de una catástrofe de desconexión mundial   y polarización  nacional.

Repetir estos  hechos como aquellos de la década del 68-80  serían de consecuencias  muy  lamentables  para nuestro pueblo. El plan inca  socialista, marxista, leninista, se ejecutó, a punta de contraer las libertades públicas, cuyo balance fue: desapariciones  y  muertes extrajudiciales; apropiaciones  y estatizaciones; destierros y secuestros, modelo que luego  copiarían los comandantes  nicaragüenses(1978), Francisco y Daniel Ortega,  Tomás Borges y otros, que  en la actualidad  disfrutan de extensas  fincas  cafetaleras,  mientras  los niños continúan hambrientos, descalzos, los jóvenes sin empleo, salud, educación y las madres y ancianos siguen   de pregoneros de sus vituallas, porque todas las promesas se los devoró la improvisación.

La paz es buena.  Pero si te interesa la paz a través  de la fuerza militar  y sin discusión libre es villanía, es decir, una paz  libre siempre que sea decente y ordenada. Es plausible el   interés por  la justicia que reclama nuestro personaje,  para  los  pobres, pero de la forma como lo  plantea,  vemos que es  una actitud política con  soluciones utópicas, irreales y engañosas.

La  paz sin justicia es tiranía por mucho que se dore la píldora  y esto permite establecer que cualquiera que abogue por la justicia contribuye a la conservación de la paz.

Un comentario sobre “¿La ley encima de la libertad?

  1. El autor de la malhadada frase, si desea hacer o hace política, es un personaje público; por tanto, sería positivo saber de quién se trata.

    No es necesario filosofar tanto para darse cuenta del exabrupto del politicastro aludido. Simplemente el hombre no legisla para ser libre, sino que utiliza su libertad para legislar.

    Lo preocupante del caso es que personajes idos como éste cautivan con sus estupideces a multitud de fanáticos. Los docentes, como el autor de la nota, deben asumir su rol no solo en las aulas, sino en la sociedad en su conjunto.

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