EN 1980 estuvimos trabajando en Colonia Angamos. En ese momento se intentaba construir la carretera Yaquerena –Jenaro Herrera. Estaba un batallón de Ingenierìa del Ejército Peruano. tratando de hacer realidad un sueño de muchos pobladores del río Yaquerana y adyacentes y los cuerpos de agua del Ucayali.
De la ubicación de la guarnición del batallón un kilómetro adentro, encontramos un terreno apto para construir una piscigranja, había muchos más, con apoyo del personal de tropa y nuestra dirección implementamos un hermoso cuerpo de agua para donde sembramos gamitanas y pacos, y además era una real zona de turismo. Con talleres de capacitación teórica y práctica llegamos a formar piscicultores que estamos seguros que cuando salieron licenciados pusieron en práctica lo aprendido.
Ríos arriba de la guarnición de Colonia Angamos, cuyo pueblo civil estaba en incipiente formación, en el río Gálvez, se encontraba y se encuentra una población de la etnia matzés, a quienes interesamos en construir una piscigranja. Se quedó a trabajar en ese pueblo el biólogo Noé Buendía Yuimachi, por supuesto, bajo la supervisión de nosotros. El trabajo se hizo con toda eficiencia y efectividad e inauguramos un estanque de más de dos mil metros cuadrados con el liderazgo del biólogo James Beuzeville Zumaeta. Después de muchos años encontré a algunos hermanos matzés por las instalaciones del programa de AQUAREC del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, ellos aprendiendo a reproducir peces de manera inducida y el que suscribe tratando de encontrar trabajo.
Entre los años 1985 y 1989, un grupo de jóvenes biólogos y técnicos decidimos formar unidades gestionaras de pesca artesanal comunitaria en toda la Amazonía con apoyo técnico del IIAP. En Caballo Cocha tuvimos el trabajo muy bueno de César Correa, en San José de El Estrecho a Carlos Cabrera, en San Pablo del bajo Amazonas a Noé Buendía. En todos estos sitios se formaron empresas que mejoraron la calidad de vida de las poblaciones y las estadísticas pesqueras y biológicas. Miles de fichas fueron enviadas a los organismos de investigación para sus análisis y evaluaciones.
Ahora, hace dos horas me encontré con un viejo amigo del Yaquerana, y me comentó que se encuentran con unos socios bien organizados para la formación de una empresa de pesca artesanal, asesorados por profesionales y técnicos del área de pesquería de la dirección de producción, quienes dieron capacitación teórica y práctica, lo cual nos parece muy bien esta descentralización no solo de los recursos económicos del GOREL en acciones productivas pesqueras ordenadas, sino de la actitud decidida de ir a vivir allá con los hermanos del Yaquerana. Esperamos que esto sea así, que los técnicos y profesionales que ayuden a gerenciar esta empresa pesquera artesanal del Yaquerana vivan allá, y no hagan turismo rural; es decir, que vayan dos días y luego después de un mes retornen. Si eso hacen estoy seguro que la empresa fracasará, por eso es importante la sugerencia que en esta gestión de descentralización estén permanentemente allí y regresen cosechando éxitos para que se repita el ejemplo en toda la Amazonía. Éxitos a este tipo de gestión descentralizada y que aprendan de los ejemplos mencionados antes con ayuda de tecnología existentes y colaboración con datos bioestadísticos con la UNAP y el IIAP para tener una buena línea de base para la evaluación de las diferentes especies de peces.
