Estamos ingresando a la etapa más marcada de la creciente de los ríos en nuestra región Loreto, las recomendaciones son las de siempre y una de ellas alerta diciendo que no se deben construir viviendas en zonas inundables, por todos los riesgos que representa hacerlo en una zona con características propias de las zonas, también llamadas, bajas.
Lo que se puede comprobar es que en la desesperación de tener un área de terreno dónde construir una vivienda propia, hace que miles de personas cometan el error de ubicarse en lugares de riesgo. Si repasamos mentalmente cuántos poblados en las zonas rurales y urbanas, tienen ese problema, pueden sumar miles de miles.
En Loreto ya hemos tenido situaciones de gran riesgo por crecientes grandes que nos ha tocado afrontar, con centenares de casas afectadas, inhabitables y personas damnificadas, que en extremo han tenido que recibir carpas para acomodarse en lugares libres de tierra firme porque el agua les desbordó, sin opción de seguir ocupando sus viviendas.
Tenemos varios recuerdos recientes, de hace una década atrás en el 2012 cuando muchas comunidades, principalmente de la cuenca del río Marañón, se vieron muy afectadas. Para tener una idea o recordar, que el río llegó hasta cubrir varias cuadras del jirón Lima, la calle más comercial de la ciudad de Nauta, en ese entonces, así como el marcado fue cubierta en su totalidad por las aguas.
La prensa regional, nacional y hasta la extranjera reportaron este fenómeno de la naturaleza, las aguas registraban medidas muy por encima de su normal acostumbrado. Eso porque en la historia de la humanidad se habla de cambios en la naturaleza, como que donde hoy es tierra firme antes pudo ser el cauce de un río. Lo mismo se dice en nuestra región, donde la memoria colectiva nos describe hechos similares.
Nadie está libre de algún accidente de la naturaleza, pero el hecho de habitar en un lugar de alto riesgo nos hace más vulnerables. En ese sentido ya que los ríos de Loreto han empezado su fuerza en el ascenso, es necesario que en los lugares de riesgo se vayan organizando, para prevenir daños materiales y humanos.
Aunque lo que ha ocurrido ayer en el distrito de Parcoy, en la región Libertad, donde un cerro se derrumbó y unas 60 casas quedaron sepultadas, con las personas que estaban dentro de ellas, se puede ver en las imágenes que el riesgo era muy alto. La pendiente estaba casi en picada. Claro, siempre confiamos que no va suceder, hasta que la cruda realidad nos dice lo contrario. Es una muestra muy triste que nos debe llevar a actuar en cuanto a prevención.
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