POR: Juan Soregui Vargas.
En las crónicas leídas en internet ya se conocían que los fenómenos de intensas lluvias y huaicos ocurrieron desde 1825 y, los que trabajaron en este sistema de predicción climática, pronosticaron otros más en el futuro.
Estos huaicos se repitieron en los años venideros desde 1925, en los años 80 se dieron dos más y en los 90, otros aluviones de menor intensidad. Ya expliqué en anterior artículo que las acciones antropogénicas y la tecnología moderna no tienen mayor porcentaje en esta furia de la naturaleza. Los científicos de verdad explican el fenómeno por causas de las manchas solares, de los tics magnéticos y del movimiento del eje de rotación de la tierra.
Al contrario de los que predican los fanáticos ambientalistas, las tecnologías modernas y los combustibles fósiles han servido para salvar miles de vida, ya que estos equipos y aparatos de comunicación moderno-celulares, anfibios, tractores, medicina, carpas, etc. se han utilizado para amenguar bastante la desgracia humana y en bienes materiales. De no haber existido estos modernos equipos que utilizaron energía básica como el petróleo, estaríamos lamentando desgracias mayores. A esta tecnología es indispensable agregar la heroica labor de miles de militares y civiles que han sido capacitados en estos equipos y tecnologías y la mística y solidaridad con lo que hicieron.
Como en las predicciones de los huaicos en la costa y sierra de nuestro país, algunos académicos y personas empíricas que viven día a día el movimiento del río Amazonas están prediciendo que en pocos años el Amazonas volverá con toda su furia y arrancará de cuajo todo lo que existe en la margen izquierda de Iquitos (árboles, puentes, comunidades establecidas con permiso de autoridades irresponsables) y, el gobierno volverá a gastar dinero de nosotros por no prevenir y permitir que se establezcan estos pueblos en zonas de riesgo. Estamos seguros que el río Amazonas volverá, pues ya se observa por la zona de Aucayú que está haciendo su camino y desde allí solo falta un pequeño trecho para llegar a nuestra costa. Estamos avisados.
Este artículo no está direccionado a molestar ambientalistas que trabajan gratis y por amor, es una nota que trata de alertar a nuestras comunidades que como los de la costa y sierra se han establecido en zonas de alto riesgo por los parámetros climáticos que se da en la naturaleza, cada cierto tiempo.
Así como no está direccionada esta nota basada en observaciones científicas, tampoco están direccionados los libros de escritores loretanos, que sin apoyo alguno de autoridades y mecenas, nos rompemos el coco para escribir lo mejor que podemos para que nos incluyan en el plan lector en los diferentes colegios de la región, previa evaluación, para que niños y jóvenes y adultos reconozcan que en la Amazonía peruana existen talentos de la misma talla que de otros sitios y que son incluidos en la relación de libros a precios onerosos.
El 2016 envié 16 cartas a igual número de colegios para ofertar mi producción literaria, libros de cuentos bien corregidos y con estilo de cuento moderno. Seis o siete colegios me contestaron expresando el interés de leer algunos de los libros de cuentos, entre ellos La noche de los mashos, La mujer escarlata, etc. Sin embargo, en las redes sociales ha salido un señor o señora a decir que mi libro está direccionado por los directivos del colegio César Vallejo. Lo cual no tiene ninguna lógica, salvo que venda 2000 libros y lo que voy a vender no es ni siquiera 50. Por lo tanto, coincidimos con muchas personas que las redes sociales sirven para hacer el bien como en este caso de los huaicos y para dañar honras, en este caso de los libros regionales que deberían aplaudir porque se está valorando a los escritores amazónicos en vez de otros.
El otro sentido de direccionalidad que aduce el de la red social, sería coima, pero qué coima puedes dar si vendes el libro al precio casi de lo que te da el impresor y en cantidades pequeñas. El que escribió eso en las redes sociales es una persona que posee una ignorancia supina y malévola.
Queda claro que se viene el río Amazonas direccionado por la energía, por Dios o por lo que sea y que a los autores loretanos no nos harán correr con sus comentarios ilógicos porque a pesar de no ganar casi nada, seguiremos escribiendo hasta transformarnos en un huaico literario amazónico y, gracias a las persona y directivos que eligen los libros sin conocernos, es la obra lo que seleccionan y no al autor.