POR: JUAN SOREGUI VARGAS (soreguijuan@hotmail.com)
En numerosos artículos periodísticos, sustentados en estudios publicados en internet por científicos de verdad y en documentales difundidos por el canal de cable visión, filmados por la BBC teniendo como soporte investigaciones de varios años de connotados antropólogos, biólogos, microbiólogos, físicos, químicos, astrónomos, etc., en todas partes del mundo hemos afirmado con convicción que el cambio climático (después de 1970, cuando no hubo la desglaciación anunciada por los apocalípticos interesados en el verde billete se llamaba calentamiento global), es un instrumento de sujeción a los países pobres y emergentes. Desde la reunión de Río de Janeiro, en Brasil, pasando por Nairobi, Cancún y ahora el Perú, todos estos conciliábulos o COPS no han hecho más que hacer ganar dinero a los ambientalistas que posiblemente ahora en estos momentos estén buscando la cereza de la torta: El pasaje a París, Francia para el 2015, con datos tergiversados como ha demostrado el periodista Michael Dukakis del canal 4 de televisión de Inglaterra. Hasta ahora ni Al Gore, ni otro ambientalista mentiroso y que está haciendo una especie de terrorismo blanco, asustando a la gente, diciendo que la próxima década ya no habrá vida sobre la tierra, ha contestado a Michael. Ayer conversaba con un amigo loretano, especializado en el Brasil, en estos temas ambientales y me hizo la siguiente corrección: tus postulados están bien, pero no hay cambio climático, sino variaciones de los parámetros del clima. Duele un poco que nos corrijan, pero es cierto. Recuerdo que hace dos años escribí un artículo en la que enfocaba el asunto desde estas variaciones de las temperaturas, que siempre han existido y, tanto escuchar a una serie de seudo científicos que buscan el pasaje para Francia con sus discursos que no tienen datos fundamentales, me puse a escribir sobre el cambio climático. La verdad es que existen variaciones de los parámetros del clima, como es la temperatura, pero, esto no implica un cambio climático. Como expresó la doctora Carmen Rosa García en una exposición en un ambiente anti ecológico del IIAP (con contaminación permanente de los florados que emanan seis o siete aires acondicionados, acondicionados, que paradoja), estos cambios climáticos se dan en miles de millones de años. En resumen no existe cambio climático, sino variaciones de parámetros del clima. Y no lo dice mi amigo el brasilero, sino lo afirma un afamado columnista de Perú 21, el señor Abraham Levi. Recomiendo ver y estudiar, los estudios emitidos por la BBC y por Michael Dukakis. Todos estos apocalípticos ambientalistas, parecen practicantes de chamanes o de oraculeros, porque te comentan una y otra vez que ya viene el cuarto jinete del apocalipsis, pero no te dicen cuándo. Como aquellos religiosos que venden la salvación eterna: ya se aproximan los tiempos. Mentira, pues, lo que se acaba son las eras y según Carl Sagán, uno de los más grandes científicos, en su libro los dragones en el edén, afirma que estamos en el quinto día del calendario cósmico. Es decir, si nos atenemos a nuestro actual calendario, estaríamos en el viernes cósmico, pero cada día él y Hawkins calculan que tiene 3 mil millones de años, concluyendo con datos verídicos que la tierra se va a acabar pero de aquí a 5 mil millones de años. ¿Saben del grupo de Roma? Bien, es un grupo creado hace un siglo por los países ricos para formular estrategias para sojuzgar al mundo pobre. Primero las armas, después las guerras, luego las drogas, después las enfermedades y las medicinas, luego la glaciación y, ahora el cambio climático con sus bonos de carbono. ¿Sabe Usted cuánto de dinero se movió en la meca del capitalismo en bonos de carbono, en Wall Street? Más de 12,000 millones de dólares, que es lo que tienen que pagar los países pobres, es decir los habitantes miserables de este planeta. Allí está el negocio, con sus cómplices de acá y de allá. Es decir endeudados por cientos de generaciones. ¿Cómo van a pagar estos giles? Con los recursos naturales que tanto nos insisten en cuidar porque dicen que somos el pulmón y el corazón del mundo. Mentirosos. ¿Por qué ellos no cuidaron sus pulmones y sus corazones? Como expresa un experimentado columnista de Perú 21, lo mismo que escribí hace varios artículos, el Señor Levi: ni la cop20 ni la cop 21, ni la cop 22, ni la cop 100, va a solucionar este problema que no se ha informado bien sobre el calentamiento global y, que todo depende del push magnético y de las brisas solares. Además, si dicen que se acaba el hielo de los glaciares, ya los rusos y europeos han inventado máquinas para fabricar nieve. Llevemos estas máquinas a nuestros glaciares y aumentemos la nieve. Otra cosa que ocultan estos grupos ambientalistas es que se han hecho mapas tridimensionales de los glaciares del Antártico y están más gruesos que antes. A ver vayan a decirle a Putin que no perfore más para petróleo, o a los árabes, o al estado islamita, o a Venezuela, o al Ecuador, o a Argentina, o a Estados Unidos de Norteamérica, o a china. Salen paleados y pelados. De nuevo, si no quieren que toquemos nuestra biodiversidad que nos paguen un justiprecio de 1000 millones de dólares anuales para vivir durmiendo. No olvidarse del discurso del presidente Humala y de su ministro de Economía: Necesitamos crecer hasta el 6 por ciento y eso solo se hará con inversiones en minería, gas, energía eléctrica e hidrocarburos. No olvidarse de las promesas del nuevo presidente regional: senatis, educación, salud, trabajo, como debe ser, para luego ir diversificando las actividades productivas. ¿Con qué? Con el dinero bien empleado del petróleo de nuestra selva. Muy bien dicho y analizado, salvo que haga caso a los que quieren utilizar el masato como elemento de producción de energía eléctrica y combustible. Ojalá que el señor Meléndez continúe con esta mirada de desarrollo con empresas limpias. No estamos en contra de vivir en una casa sucia, pero para eso existen miles de tecnologías para prevenir, limpiar y restaurar. Si los investigadores oficiales no sirven, son ineptos, reemplácenlos por otros con mayor capacidad de innovación y no como aquel dinosaurio que se está paseando ante periodistas permisibles que lo creen un dios del parnaso de la sabiduría y que solo desea conseguir un pasaje para París.