Urgen alternativas

Son varios temas emergentes que tenemos como la lucha y desaparición de la minería ilegal que están contaminando nuestros ríos diariamente, y de una cuenca tan importante como la del Río Nanay de donde la empresa Sedaloreto extrae agua para su proceso de potabilización y distribución a más de 500 mil habitantes de la ciudad de Iquitos.
A esa vital cuenca de agua dulce no solamente la están contaminando todos los días, sino que significa que cada hora que pasa nos quitan la posibilidad de que se siga extrayendo el líquido que tras un tratamiento sea luego distribuido para quienes habitamos en esta urbe, porque obviamente que al convertirse en no apta para potabilización tendrá que buscarse otra fuente abastecedora.
Nos parece increíble que con tanta tecnología en los diversos sectores del Estado no se pueda eliminar la minería ilegal en la cuenca del Río Nanay. Si esperan actuar cuando el río esté casi totalmente contaminado será muy tarde, puesto que muy poco o casi nada se podrá hacer para recuperarlo.
Es por ello que no nos extraña el llamado de atención del representante del Senamhi, Marco Paredes, cuando señala que es de urgencia buscar nuevas alternativas para el abastecimiento de agua potable en Iquitos, dada la vulnerabilidad de la actual planta de captación frente a la minería ilegal y otros factores contaminantes. Más claro ni el agua. Pero, las autoridades de Loreto y nacionales conocen esta preocupante realidad, y no actúa de forma firme.
Y estando en esta alarmante realidad, viene a Iquitos la Presidenta de la República, que conoce muy bien el grave problema de la minería ilegal en casi todo Loreto, pero, viene, entre otros temas, a respaldar la idea de que se trasvase las aguas de la cuenca del Río Marañón hacia la costa del país, o sea, la solución a nuestros urgentes problemas no está en su agenda de gestión presidencial.
A qué juegan nuestras autoridades nacionales, porque no solamente es quien da la cara como Mandataria, de hecho, hay un trasfondo de intereses que se vienen agenciando de los mecanismos legales y oficiales para atentar contra nuestra defensa por el agua natural que tenemos.
Lamentamos que a nuestros compatriotas del norte del país les falte agua para la agricultura, pero no pueden hacerlo a costa de nuestra existencia y contra los ecosistemas amazónicos de esta parte del país. Tienen que buscar otras alternativas, tal vez trasvasando las aguas del Río Rímac de la ciudad de Lima, u otros ríos costeros. Acá también ya nos faltaría agua por la contaminación del Río Nanay, y nuestra Presidenta debería declararlo de interés nacional.

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