Nuestra primera casa de estudios recibió la visita de representantes de la Academia Diplomática del Perú el jueves 5 de agosto en horas de la tarde en el auditorio del CRISAP, sito en la tercera cuadra de la calle Putumayo, donde expusieron los objetivos que buscan como única vía de acceso al Servicio Diplomático de la República.
Ellos fueron recibidos por las autoridades de la UNAP, entre ellos los vicerrectores Carlos Zumaeta Vásquez y Heiter Valderrama Freyre. El jefe de la Oficina de Planificación y Presupuesto de la UNAP, Rigoberto Reátegui del Castillo, en representación de la UNAP, hizo una exposición explicando los objetivos de nuestra primera casa de estudios como una de las instituciones académicas más importantes de esta parte del país.
Por su parte los visitantes explicaron que la existencia de la Academia Diplomática del Perú responde a la necesidad de contar con funcionarios altamente capacitados que puedan, con profesionalidad, eficiencia y oportunidad, ejercer la defensa y promoción de los intereses permanentes de nuestro país en el campo externo, a la par que apoyar consistentemente el logro de sus objetivos nacionales.
El Servicio Diplomático del Perú nació con la República y a él han pertenecido figuras de la talla de Raúl Porras Barrenechea, Víctor Andrés Belaúnde, Alberto Ulloa, Carlos García Bedoya y Javier Pérez de Cuéllar, entre otros, cuya descollante actividad constituye una indispensable referencia para la acción exterior del Perú y ha dado a la diplomacia peruana un renombre sólido y duradero.
Ello ha sido muy importante porque el prestigio es un elemento que influye cualitativamente en la diplomacia y que amplía sensiblemente los márgenes de acción internacional del país que goza de él. Así ha ocurrido con el Perú, y quienes ejerzan esta carrera en el futuro deberán esforzarse para que nuestra diplomacia continúe fiel al derrotero que trazaron sus mejores representantes en servicio del país y comprometida con las necesidades de los peruanos.
Quienes concurran a este centro de estudios recibirán la formación integral que se requiere para gestionar los intereses del Perú, en el complejo entramado internacional de hoy y hacerse cargo con solvencia de las tareas inherentes a la política exterior del país.
Obtendrán, igualmente, una educación en valores humanos, sociales e institucionales, pues los referentes éticos no sólo son imprescindibles para el ejercicio de la profesión, sino esenciales para la preservación y el desarrollo del Servicio Diplomático del Perú. (UNAP)