Estamos iniciando el mes de julio, el séptimo de este año, marcado también como el inicio de la afirmación del verano amazónico, cuando se empieza a mostrar más la vaciante de las aguas de los ríos a excepción del Putumayo y del Napo que tienen otro comportamiento hidrológico.
La creciente este año ha sido fuerte al punto que muchos ya esperábamos que llegue el inicio del verano, y con la consiguiente formación de las playas y todas las transformaciones naturales que ocurren esta temporada, aunque por la experiencia de los últimos años podría tener interrupciones como los friajes que nos cambia la lógica de la estación de verano, pero dura horas o algunos días, nomás.
Lo triste que nos deja esta temporada de invierno amazónico es la muerte de varias personas por ahogamiento, principalmente pequeños niños o niñas que por descuido de su familia fueron a caer a las aguas y con posterior ahogamiento.
También hay un tema de prevención respecto a asegurar con rejas sus casas, sea de madera u otro material, y no hacerlo significa un descuido total, y que las muertes ocurridas sean una dura muestra de acciones para la prevención, además que alguien tiene que asumir la responsabilidad, el padre, la madre, la cuidadora, es que son descuidos impensables, todos los años el mismo escenario doloroso.
El verano que está por acentuarse bien, porque las aguas todavía están en descenso también nos traerán otras riquezas de la naturaleza con los sembríos que trabajarán los campesinos en los barrizales y en la tierra firme que va quedar formada cuando las aguas lleguen a su mínimo nivel de bajada.
Esta merma también traerá mayor pescado de los lagos y cochas, especialmente para el consumo en los hogares como con fines de comercialización, así como la aparición en grandes cantidades de los huevos de taricaya que como se conoce debe ser controlado según los planes de manejo que ya se aplican en varios sectores con éxito, dejando también un porcentaje para consumo, otro para venderlo y otro porcentaje para reproducción de la especie. Se espera que este comportamiento responsable siga prosperando en general en el marco del desarrollo sostenible que necesitamos acá y en toda la Amazonía.
Lo Último
Un verano esperado
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