Podría pensarse que se trata del título de una película del fin del mundo “último día”, para nada, a lo que va es justamente a lo que también usted querido lector imagina, el día final del cuarto mes del año, que da pie a una fecha muy sentida por el enorme desempleo existente.
Se podría decir que en solidaridad con los ciudadanos sin un lugar dónde laborar, que esta fecha del Día Internacional del Trabajo o de los Trabajadores tenga una fuerte carga reflexiva y de propuestas para la generación de empleos.
El tema clave es el repensar y estudiar las posibilidades de la generación de puestos de trabajo a través de las entidades públicas y privadas, por el peso de la responsabilidad social frente a una coyuntura cada día más dramática en cuanto a la búsqueda de ocupaciones laborales.
¿Debe ser un día feliz también?, por supuesto que sí, para quienes puedan tener un lugar de trabajo digno, que permita realizarse a la persona, con un sueldo lo más próximo posible a la canasta familiar oficial, con los derechos que correspondan, y una permanente capacitación en tiempos que la tecnología avanza a pasos agigantados, aunque lo preocupante es que se hace pretendiendo que la inteligencia artificial supere la mano humana.
En el día internacional de los trabajadores que se conmemora mañana 1 de mayo, suena perverso que la robotización y los programas de inteligencia cibernética apunten a generar mucho más desempleo en todo el mundo.
La tecnología y sus avances, tendrían más bien que conceptualizarse como aliados de la natural inteligencia del ser humano, no para poner a un lado a la persona, sino, para fortalecerlo y obtener un equilibrio entre ocupación remunerada y calidad de las producciones. Lamentable que la cultura destructiva del hombre contra el hombre, siga haciendo mucho daño a la subsistencia en el planeta.