¿Tregua permanente?

Estamos viviendo una temporada de calma de casos de la Covid-19, será que ya logramos la inmunidad de rebaño que ninguna autoridad de salud se atreve a afirmar solo insinuar la posibilidad y es que este virus nos ha movido todos los esquemas hasta ahora experimentados.
Será que tendremos una tregua permanente o por lo menos de varios meses de estabilidad sin aumentos de casos más de allá de unos cuantos. Todo se ajusta a la palabra en modo interrogatorio, ¿será?, mientras disfrutamos con los protocolos de la nueva normalidad esta etapa tratando de que nuestra vida se parezca a la de antes de la cuarentena.
Pero, es no es la verdad de todos, un importante número de habitantes ya vive la normalidad pasada con la única diferencia que usa las mascarillas solo por exigencia, más no por convencimiento de que se está protegiendo, es más se ha convertido en un accesorio debajo de la barbilla, porque ni hasta bien puestos lo tienen.
Recordemos que el dengue y la malaria, por ejemplo, tienen sus temporadas altas y bajas, y la Covid-19 parece que se ha estacionado en nuestro ambiente, como lo dijeron en su oportunidad muchos médicos, es que vino a quedarse con nosotros y será una lucha permanente, con sus treguas temporales.
Así lo vamos asimilando poco a poco, claro que lo ideal sería que a conciencia cumplamos con las medidas preventivas como la mascarilla en lugares abiertos, en cerrados o de aglomeración doble mascarilla, y en todos los casos tener en cuenta el distanciamiento de dos metros entre las personas.
Es que la población en general se aglomera, se junta en reuniones familiares, sociales como en las playas, fiestas de cumpleaños, reuniones entre amigos, parrilladas, piscinas, las plazas, las canchitas de fútbol, de vóley, las calles con el corretear de los niños y niñas, y un extenso número de espacios sociales.
Es por ello que no entendemos, como se lanzan duras críticas cuando se habla de retornar a las aulas escolares, siquiera unas horas para que los niños socialicen entre sus compañeritos y los profesores refuercen las enseñanzas, imaginen que están en una fiesta infantil, pero con la gran diferencia que en el colegio sí les exigen el uso de mascarillas y el lavado de manos, y sobre ello, aprovechando la tregua de la Covid-19. Prioricemos, además de reuniones recreativas, también la educación.