Las calles de Iquitos y seguro de las otras ciudades de la región en el transcurso de la semana han ido experimentando el aumento de la afluencia de vehículos como de escolares que han retornado a sus clases en los diferentes colegios, ya que han disminuido considerablemente los casos de Covid-19.
Es notorio el cambio en las pistas porque todos los días se viene experimentando el congestionamiento en el tránsito, sobre todo en las llamadas horas punta, y es que después de dos años de fuerte impacto de la pandemia estamos volviendo a tener este tipo de problema.
Con el aumento del movimiento estudiantil a partir de esa semana, la tendencia es a que siga en aumento, por lo que dirigir el tránsito en horas de mayor movimiento se ha vuelto en uno de los temas principales de la agenda de quienes deben controlarlo.
Es obvio que los primeros llamados son quienes forman el equipo de trabajo de la Policía de Tránsito que ya deben estar viendo la forma de cubrir las zonas más críticas en las inmediaciones de los colegios de la mañana, tarde y noche, aunque después de las 9 pm, baja el fluido, de todos modos se hace necesario el control del tránsito.
Hemos visto a policías de tránsito que cumplen y hasta se podría decir que le ponen una cuota de humanidad a sus funciones, cuando están atentos a los escolares al momento de cruzar la pista o llamar la atención de un desconcentrado conductor que no frena debidamente ante el silbato o el cambio de color del semáforo. Lo que con gusto se resalta y agradece.
Lo que se tiene que ajustar es la falta de efectivos. Esa es la impresión que tenemos porque se nota la ausencia en determinados colegios. De pronto racionalizar e intercalar sus presencias. O en todo caso como buscar el soporte estudiantil como hace unos años se hizo con la exitosa experiencia de los “patrulleros escolares”.
Fue un soporte importante, al menos se pudo percibir así en el ordenamiento del tránsito en el ingreso y salida de los escolares, principalmente en las zonas donde no se tiene el servicio del semáforo y siempre acompañados de algún efectivo policial de tránsito. Las experiencias con resultados positivos deben replicarse.