Los aspirantes a ser congresistas de la República representando a Loreto han pasado el momento de presentar sus listas y en estos días tienen que esperar si podrían ser sujetos de solicitud de tacha por algún personero o ciudadano. Son tres días de plazo que existe para este trámite de la competencia electoral.
Es decir que los candidatos no pueden cantar victoria respecto a su inscripción durante los días previstos para la presentación de tachas. La Ley electoral está diseñada así, incluyendo la cuantiosa suma de 3,950 soles que tendría que pagar un ciudadano que considere solicitar una tacha. En sí la tensión para los postulantes se alarga.
Pero, todo cuesta. Así que una persona que quiera hacer valer su derecho de participar en esta etapa del proceso electoral lo puede hacer sí o sí paga la suma antes señalada, caso contrario, simplemente no lo puede tramitar porque no será admitido su pedido.
Además, se tiene que contar con información precisa en el caso de que el candidato sea funcionario público y no haya renunciado o no haya solicitado su licencia sin goce de haber. Entonces es un acto que invalidaría su inscripción y daría pase a la susodicha tacha.
También puede ser que el candidato no haya renunciado a una organización política y está participando en otra. Igual, tiene se tiene que pagar los cerca de 4 mil soles para solicitar la correspondiente tacha. Otra causal de tacha es también que las reuniones partidarias no se hayan realizado y no tienen actas.
Esto es parte del juego electoral que se podría decir deja un poco mal parada a la democracia, puesto que en el hipotético caso que un ciudadano conozca una causal de tacha y tiene en la mano la prueba contundente, si no cuenta con el dinero mencionado, no podrá ejercer ese derecho ciudadano del que tanto hablamos.
Así se han entendido las cosas por quienes elaboraron en su momento la Ley Electoral y por quienes la aprobaron. La ciudadanía seguirá siendo la espectadora en tanto y en cuanto los mecanismos democráticos vayan adecuándose al principio de la igualdad en el ejercicio del poder, venga desde el habitante de a pie o de quien milita en alguna organización política.