- Por ONGS financiadas desde el extranjero
TAMSHI es una empresa líder en la producción sostenible de cacao de alta calidad en Perú. Actualmente, es uno de los empleadores formales más grandes de Loreto que genera sustento económico para más de 2,500 personas. Los sistemas agroforestales con árboles de cacao son amigables con el medio ambiente y ayudan a preservar la fauna y la flora silvestre.
La empresa TAMSHI viene enfrentando desde hace más de ocho años una persecución judicial y mediática promovida por organizaciones ideologizadas, a través de campañas de difamación y un sinfín de denuncias calumniosas, cada una peor que la otra, las cuales hasta la fecha han sido todas archivadas o desestimadas por ser falsas. La principal inquisidora de esta empresa dedicada a la producción de cacao es la ONG Kené, dirigida por Lucila Pautrat Oyarzún.
DENUNCIAS CALUMNIOSAS Y ABUSO DEL SISTEMA JUDICIAL
En el transcurso de todos estos años, esta señora, junto a otras organizaciones ideologizadas del mismo entorno han fabricado más de diez denuncias calumniosas impulsadas de forma directa o indirecta, las cuales, a la fecha, en las últimas instancias han sido todas archivadas o desestimadas por ser falsas. Pese a ello, últimamente promovieron al mismo tiempo 2 denuncias calumniosas por crimen organizado (ambas archivadas) y la denuncia que inicio la demanda de extinción de dominio bajo falsos argumentos.
Desafortunadamente, la Fiscalía de Extinción de Dominio (Fiscal Juan Carlos Ramírez Lazo) pareciera haberse dejado llevar fácilmente por estas acusaciones mediáticas y dio inicio a un proceso de extinción de dominio sin sustento (es decir pidió la confiscación de la plantación de cacao en sistemas agroforestales más importante del mundo con un proceso diseñado para luchar contra carteles de narcotráfico), lo cual mataría el trabajo formal de 2500 personas de Loreto y destruiría la reputación del país con inseguridad jurídica de la inversión extranjera (Francia en este caso). Todas estas acciones implican un abuso ilegal al sistema de justicia que malgasta los escasos recursos de los que dispone tanto el Ministerio Público como el Poder Judicial, y destruyen la imagen de una empresa y el proyecto de vida de miles de loretanos.
A continuación, unos ejemplos de estas denuncias calumniosas:
Asimismo, Lucila Pautrat interpuso dos nuevas denuncias calumniosas señalando que TAMSHI y sus funcionarios serían una organización criminal y no una empresa agrícola. Sin embargo, se demostró nuevamente que los hechos denunciados eran FALSOS y el Ministerio Público rechazó la denuncia de forma liminar concluyendo que TAMSHI es una empresa formal que tributa y brinda empleo en una zona remota del país, ratificando que: “No encuentra un sustento mínimo, una sospecha idónea, respecto a la participación, pertenencia de la empresa TAMSHI S.A.C. y se entiende de sus funcionarios, representantes y trabajadores, dentro del delito de organización criminal. No existe el mínimo indicio de que la empresa cuestionada haya sido creada con el propósito de cometer conductas delictivas”.
Al desestimarse la primera denuncia por organización criminal, volvió a denunciar el mismo delito sumándole el de minería ilegal (a sabiendas de que el primer caso ya había sido archivado). Es decir, después de haber sido denunciados calumniosamente por ser una empresa que realizaría actividad agrícola intensiva y luego por ser una empresa que se dedicaría al tráfico ilegal de madera, en esta nueva oportunidad, se incluyó una denuncia absurda por minería ilegal. Sin embargo, el Ministerio Público desestimó por segunda vez el delito de organización criminal.
Asimismo, en diversos procesos judiciales y publicaciones se han presentado pruebas falsas, tales como falsas fotografías del Fundo TAMSHI que han sido desmentidas por una pericia del Ministerio Público, quien reconoció que no se podía acreditar la autenticidad de dichas fotos; y al verificarse que en la torre de control de Iquitos no figuraban los supuestos sobrevuelos señalados por Lucila Pautrat ante el Ministerio Público. En este sentido, estamos frente a una prueba contundente de que se ha tratado de criminalizar a TAMSHI sobre la base de mentiras.
S/4 MILLONES RECABADOS DE ORGANIZACIONES EXTRANJERAS QUE TUVIERON QUE RECTIFICARSE
De acuerdo con información proporcionada por la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI), la ONG Kené recibió financiamiento del extranjero, principalmente de dos ONG alemanas- “Rettet den Regenwald” y “Weltfriedensdienst” (WfD) que en total la financiaron con aproximadamente S/ 4 millones. Sin embargo, las dos principales financistas tuvieron que retractarse y disculparse públicamente por la información falsa que difundieron. El colmo vino con la ONG “Weltfriedensdienst” (WfD) la cual también tuvo que retractarse públicamente debido a las temerarias afirmaciones difamatorias tales como publicar que TAMSHI “asesina a activistas”.
Es lamentable que tanto dinero pueda estar siendo utilizado para fines improductivos y no para luchar realmente contra la pobreza y por el medio ambiente. Estas acciones perjudican mucho más a miles de loretanos que tienen por primera vez en su vida una actividad económica formal y con proyección. Tengamos en cuenta que más de 2,500 personas dependen económicamente de esta empresa, la ciudad de Tamshiyacu cuenta con 10,000 habitantes y el 90% de su economía depende de la empresa, incluyendo cientos de mujeres en situación vulnerable y 400 familias de pequeños agricultores que tienen por primera vez un proyecto de vida para salir de la pobreza extrema y una alternativa a los cultivos ilícitos.
Increible que le hagan caso a esta ONG. atenta contra las inversiones de todos los peruanos y del extranjero, ONG ideologizada, deben parar. que feo
Es lamentable está situación y mas aun que las autoridades pierdan el tiempo en querer dar crédito à estas denúncias haremos lo posible que esto se difunda en un medio de comunicación abierta como canal 5 o 4, etc para así apoyar a esta empresa que dá trabajo a muchos Loretanos y de esta forma crece la región, obviamente conservando la naturaleza.