Los gases nuestros de cada día.
Nuestra otrora impoluta ciudad, que proporcionaba hasta fines de los años setenta un ambiente libre de contaminación ambiental y antes bien purificada por la cercanía a sus límites de una riquísima flora selvática, ahora gracias a los avances de la tecnología, de punta, le llaman los expertos, ha perdido en gran porcentaje su pureza ambiental…