El título de este escrito nos lleva a una situación de sentimientos encontrados y una interrogante obligada ¿cómo es que siendo tan jóvenes se haya perdido las ganas de vivir?
El martes 6 de mayo fue enterrado el cuerpo inerte de una menor que se suicidó, se vertieron muchos comentarios entorno a este caso, lo grave es que no es el único en nuestra ciudad, padre, madre, familiares, amigos, compañeros del colegio donde estudiaba vivieron un gran dolor frente a este hecho.
Duele saberlos frágiles y muchas veces en abandono moral, afectivo y físico, solo dos cosas, aquí existen responsabilidades: Familia y Escuela.
La familia por que tiene la responsabilidad de cuidar, acompañar proteger y estar aleta ante cualquier situación de cambio del hijo e hija adolescente, los padres en el entorno familiar tenemos problemas, los hijos son los más perjudicados sobre todo los adolescentes que están iniciando a cambios importantes en sus vidas tanto físico como emocionales.
El tema del divorcio para los adolescentes es un momento crucial para ellos, sobre todo cuando ambos padres no dan una mirada a los hijos que, a pesar del dolor, es muy importante que los padres acompañen ese proceso a los hijos. A pesar del divorcio no deben perder la familia, porque es ahí donde se descubren las necesidades y el abordaje a cada dificultad de los hijos, el amor que piden a gritos o ayuda especializada.
La escuela otro lugar donde los estudiantes de mantienen cautivos, los docentes no estudian psicología por lo tanto no pueden asumir ese rol, pero si pueden detectar conductas de cambio en los estudiantes, y tiene la responsabilidad de derivar a psicología si el colegio lo tendría, o externamente.
Convoca y sigue el proceso a través de los padres. En casos de abuso sexual denuncia con el adolescente con presencia o sin presencia del padre o madre. Es el rol de los entes responsables de tutoría en educación de acompañar, capacitar a los docentes en la tarea de prevención del suicidio en adolescentes.
Suicidios en adolescentes
