Hemos entrado al onceavo mes del año y van sonando las campanas de la llegada del fin de año, teniendo la proximidad de las fiestas navideñas y de año nuevo, por lo que las medidas de seguridad para unas semanas sin mayores sobresaltos es un reto para las autoridades que tienen la responsabilidad de atender la seguridad ciudadana.
Esto, por un lado, pero también suenan las campanas de alerta, y resulta igual de urgente plantearse la contingencia frente a la nueva etapa de creciente de los ríos Amazónicos que viene advirtiendo el Senamhi, e indicando de forma reiterada para prepararse ante la temporada venidera y así evitar afectaciones materiales e inclusive pérdidas de vida por ahogamiento.
Es triste recordar que en la anterior creciente, hubo ahogamientos hasta porque una familia no previno instalar unas rejas en su puerta para que un pequeño que apenas caminaba no pudiera salir y llegar hasta caer a las aguas. Lo que sucedió por la falta de un enrejado ocasionando el ahogamiento del menor.
Este tipo y otros de negligencia no deben volver a repetirse, en vista que las inundaciones acá no son fenómenos repentinos que puedan sorprendernos tanto, es una estación climática normal de todos los años. Es necesaria la organización oportuna de los vecinos con sus dirigentes y con las autoridades ediles de sus respectivas jurisdicciones.
La responsabilidad compartida, ante todo, donde también las autoridades de Defensa Nacional y de Defensa Civil deberían de participar en el marco de la prevención y no solamente cuando suceden los eventos desfavorables a la comunidad. La orientación que puedan brindar de seguro será de mucha utilidad para los interesados que viven en zonas inundables en las zonas de ribera de la ciudad de Iquitos, y de otras ciudades y pueblos de Loreto.
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Suenan las campanas
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