SON MUCHOS LOS INVITADOS A LA CENA DEL SEÑOR Y POCOS LOS ELEGIDOS.

En la biblia,  en Mateo 20: 16  existe una parábola que enseñó Jesucristo  que se puede aplicar a casi la mayoría de los acontecimientos de nuestra vida. En especial cuando se refiere a invitaciones para asistir a actividades culturales, científicas y otras que hacen instituciones u organismos no gubernamentales que no cuentan con el presupuesto que disponen estamentos privilegiados  de la burocracia pública y privada que hacen un gran despliegue de publicidad (por supuesto bien pagado)  con distribución gratuita de material de trabajo (como si estarían en campaña electoral) y, lo que más gusta a la mayoría de amigos que asisten, un suculento refrigerio gratis  (que más parece almuerzo)  con la plata del canon,  que en muchos casos presentan temas ya manidos. Esta actitud de la sociedad culta, científica y comercial loretana,  lo he vivido en carne propia, cuando una empresa loretana organizó uno de los mejores certámenes sobre las relaciones con China, creo que fue en marzo de 2007. La empresa organizadora,  a pesar del talento de sus jóvenes integrantes, de la perfecta planificación para la ejecución del seminario taller, de las cosas nuevas que traían expertos expositores vinculados al tema comercial con China,  no pudo llegar al corazón ni menos a las arcas de los administradores públicos y privados. Supongo que expresaron entre ellos: qué nos pueden enseñar a nosotros estos novatos,  que lo sabemos todo.

 

Fueron cientos los invitados muy pocos los que asistimos, pero, los pocos,  quedamos tremendamente  satisfechos al enterarnos con lujo de detalles ciertos aspectos de costumbres y el avance de la tecnología china y de sus potencialidades para comercializar con nosotros. Hasta ahora, recuerdo bien, la recomendación de uno de los expositores: «cuando conversen con los empresarios chinos, tengan cuidado, no crean que cuando les sonríen moviendo la cabeza hacia abajo,  ante sus explicaciones es porque les están aceptando las propuestas. No, esa es su estrategia de conocerte y hacerte hablar para luego ellos poner sus condiciones. Deben ser pacientes como ellos y esperar largos días»

 

Excelente enseñanza que aprendimos en ese taller y que lo vemos a cada rato. Por ejemplo, el otro día un vecino de las Palmas, gritaba a los chinitos, reclamando por la calle, y el chinito que le filmaba, movía la cabeza hacia abajo y sonreía y el comandante de la protesta decía a los vecinos: ya ven, yo conseguí algo para arreglar nuestra calle. Es cierto, dos días después vino un tractor retro excavador y estuvo haciendo una finta y luego nada, incluso, el vecino de marras, se quedó, a su edad, cuidando de guardian una noche entera. El tractor se fue y la calle está peor que antes. Los chinitos deben no estar sonriendo sino matándose de la risa. Lo mismo sucede con los chifas, cuando un amigo quiso cabecear por sinvergüenza, el chino, le sonreía y movía la cabeza hacia abajo; el cabeceador (que necesita el c.n.i) se sintió tranquilo y con ganas de ir hacia la puerta de salida, no pudo, porque otro chinito estaba cerrándola con candado y con un tremendo cuchillo bien afilado en su mano izquierda. Tuvo que llamar a su familia para que pague la cuenta. Vino la esposa pagó la cuenta y el chino no sonrió, sino se carcajeó y le dijo a la susodicha: su malilo es conchulo, venil a comel con mujel y no quelel pagal. Pobre hombre, tras cuernos palos. Su mujer no le habla hasta ahora, sinvergüenza, hacerme pagar la comida de la otra, mencionó saliendo del chifa. Así que mucho cuidado con hacer negocios con los chinitos. Esa actitud de los empresarios chinos entre otras costumbres es necesario conocer para hacer un buen negocio.

 

Pero, ese es otro cuento. Lo que queremos resaltar en esta nota,  es esa hermosa enseñanza de Jesucristo, título de esta nota, expresada por la señora Elizabeth Vacalla viuda de Arévalo, en la inauguración de la celebración de los 17 años de la empresa independiente Centro Regional de Tecnología Apropiada (CRETA)  ubicada en la calle Borja 495 del distrito de Punchana, provincia de Maynas, departamento de Loreto, Perú.

 

Docenas de invitados, entre amigos, colegas, elementos de la burocracia estatal, privada, de organismos de investigación, de las universidades, que habrán dicho: qué me puede enseñar esta señora y su presidente Omar Arévalo, con Chelita Cuellar y su personal técnico mestizo e indígena. Además que me puede invitar esta institución que seguro es pobre y, no  fueron..

 

Algunos, muy pocos,  como en la parábola mencionada, y con justificación válida,  faltaron a esta extraordinaria cita. Pero la mayoría puso excusas sin justificación. Y, no saben lo que se perdieron. Como en la parábola se perdieron una gran cena, no me refiero al excelente refrigerio, sino al alimento de información cultural y científica que nos ofrecieron el Ingeniero Omar Arévalo, actual presidente de la Institución, la señora Graciela Cuéllar, asesora y cofundadora, y la viuda de nuestro gran amigo el profesor Eduardo Arévalo, señora Elizabeth.

 

Nos presentaron en video toda la historia del trabajo de 17 años de rescate de los conocimientos tradicionales de los pobladores de lo más profundo de la Amazonía peruana, su sistematización y su elaboración en un local construido adecuadamente para estos productos. No sólo es un  programa de rescate de tecnología, sino de investigación, que seguramente será envidia de los elementos que administran organismos de investigación y promoción. Desde chacras integrales, pasando por la piedra negra antiofídica, ungüentos para reducir las arrugas, medicinas para los reumáticos, para los que tiene almorranas, artesanías en fibras de chambira, de aguaje, en barro, en madera, crianza de gallinas, pollos, cerdos, y peces, jabones para el siso, la caracha, la sarna, jabones perfumados y esencias para perfumes, hierbas para cuidar a las señoras para que no estén buchisapas cada nueve meses;   es decir, en casi todo. CRETA, llega, pues,  al limbo de la edad adulta, como una institución independiente, como la empresa que organizó el taller con expositores sobre las relaciones con la China (antes de la firma del TLC) y que como muchas otras cuenta con escaso presupuesto para vivir sin mendigar, para trabajar en el desarrollo sostenible de la Amazonía, sin el apoyo de los gobiernos de turno, pero, con mucho talento, sin exclusión y con perseverancia. Muchos de los invitados se perdieron esta cena llena de nutrientes para educar y hacer empresas; los pocos que asistimos salimos satisfechos y con esperanzas de seguir trabajando de buena manera, aunque mal paguen, por nuestra región Loreto. Como expresó el actual presidente de CRETA: como el churo, en contacto con la pacha mama, se interna en lo profundo y luego vuelve a salir vivo para seguir luchando. Esperamos, que cualquiera que sea el  candidato elegido como presidente,  sepa valorar a este tipo de empresas independientes y transparentes, los apoyen y destruya esa mala costumbre de  los codiciosos  que trabajan a doble cachete, con ventaja y alevosía, empleando información privilegiada con plata del estado, es decir de los peruanos. Así no vale, en la cancha se ve a los gallos, pero sin ventajas. Las autoridades tienen que promover las pequeñas y micro empresas independientes, con equidad y justicia social, de lo contrario se ahondará la desigualdad y la corrupción.