La evolución de la geografía por diversos factores va haciendo que las teorías de antes no sean válidas para la actualidad. Tal es el caso que hace muchos años cuando se hablaba de los desastres naturales, los movimientos telúricos a nosotros nos sonaba como de otro planeta; es más, algunos de nuestros profesores reforzaban la idea diciendo que eso no es problema en nuestra selva.
Sin embargo, ya por la década de los 80 en los colegios se empezaron a realizar simulacros de sismo, como parte del cumplimiento de una política educativa nacional, y no faltaron voces que decían que ello de poco o nada nos servirá y que más bien deberíamos realizar simulacros de incendio, de defensa de los desbordes fuera de lo normal de los ríos y otros que sí se pueden presentar, como las tormentas eléctricas fuera de la común que a propósito el Senamhi nos está advirtiendo ocurrirá en estos días en Iquitos.
Vaya que quienes pensaron que los movimientos de la tierra no nos iban a suceder, se equivocaron. Si es parte de una evolución no lo sabemos a ciencia cierta, lo que sí podríamos suponer es parte de una consecuencia puesto que en el sub suelo de la selva baja en la que estamos, también se presentan situaciones que replican la onda expansiva que generan los sismos.
Al margen de suposiciones, lo cierto y concreto es que ya desde hace un buen tiempo que la tierra tiembla en nuestra zona. Hace unos 30 años tuvimos una primera experiencia con estos movimientos cuando tembló la tierra en Armenia, ciudad colombiana, que quedó gravemente afectada como se podía captar por la señal de radio Caracol que antes se captaba con nitidez. Acá en Iquitos sentimos algo de sus efectos. Además, el terremoto de Huaras también se sintió por estos lares, según indican algunos vivientes de los años 70.
Luego vinieron otros movimiento telúricos como el ocurrido en Moyobamba cuyas onda expansiva también se sintió por acá, también el terremoto de Pisco, y rientemente los dos sismos cuyo epicentro estuvo uno cercano a la ciudad de Yurimaguas y otro cercana a la localidad de Lagunas. Estos movimientos telúricos sí que fueron bien autóctonos, por decirlo de alguna forma. Se dio y se sintió en plena selva de nuestra región Loreto.
“Realmente esto demuestra que la región amazónica es sísmica, solo que no se presentan en magnitudes muy grandes o intensidades; con esta magnitud de 5.5 la población se ha sentido bastante temerosa, por eso es muy importante participar cuando se presentan simulacros nacionales que convoca el INDECI”, declaró Ana Ríos, directora de INDECI Loreto. Estamos más que avisados. Y que las autoridades orienten y organicen los simulacros.





