Unos escenarios nos llevan a darnos cuenta que no siempre una temporada de sequía fuera de lo normal, necesariamente no todo resulta negativo.
Antes que nada nos solidarizamos con nuestros loretanos que trabajan con los sembrios, que por la sequía con sus enormes playas no pueden sacar sus productos, además el esfuerzo por sacarlos no les resultaría rentable.
Sin embargo, hay otros productos más manejables que sí están llegando a los puertos y mercados a precios menores que en otra temporada del año, por lo que están más al alcance de los bolsillos de buen número de compradores.
También la sequía viene generando turismo local y nacional hacia las playas, que genera movimiento económico en la zona donde se ubican, desde los transportistas en botes y en peque peques.
El paisaje del verdor en atardeceres y amaneceres en los alrededores de la ciudad de Iquitos, en particular, es otro espectáculo diferente que trae la sequía y que muchos lo vienen retratando.
Es el comportamiento variante de la naturaleza, no solamente por el tema del cambio climático, es un asunto cíclico, como nos revelan los relatos sobre la historia de esta parte de la Amazonía.
Los que están en la base sesenta lo tienen más claro, puesto que de niños y adolescentes pudieron apreciar al majestuoso río Amazonas pasar por la orilla de Iquitos como lo hace ahora el río Itaya, aunque con menos caudal, y mucho menos actualmente en sequía.
Dentro de pocas semanas debe empezar a acentuarse el inicio del invierto con el aumento del caudal de los ríos, eso parece que será así en pleno mes de diciembre si es que el comportamiento de la naturaleza así lo permite, puesto que en los últimos tiempos hay cambios bruscos que éso sí estaría asociado al cambio climático.