Sacerdotes del Vicariato de Iquitos renovaron sus promesas en la Misa Crismal del Jueves Santo

  • Celebración fue presidida por monseñor Miguel Ángel Cadenas en la Iglesia Matriz de Iquitos.

La mañana del Jueves Santo, los sacerdotes del Vicariato Apostólico de Iquitos, junto a su obispo, monseñor Miguel Ángel Cadenas, participaron con fervor de la solemne Misa Crismal en la histórica Iglesia Matriz. Esta celebración marca un momento especial de unidad eclesial dentro del marco litúrgico de la Semana Santa.
La Misa Crismal es presidida tradicionalmente por el obispo en compañía de su presbiterio, y durante ella se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. Esta liturgia expresa de manera visible la comunión entre los sacerdotes y su obispo, fortaleciendo los lazos de fraternidad y misión compartida.
Durante su homilía, monseñor Cadenas exhortó a los sacerdotes a vivir con autenticidad su vocación, recordando que “lo que rezamos es lo que creemos”. En ese sentido, advirtió sobre el peligro del clericalismo, actitud que, según dijo, no contribuye a la construcción de una Iglesia en comunión. Sus palabras se alinearon con el llamado del papa Francisco a ser “peregrinos de esperanza”, dejando atrás el clericalismo para anunciar con alegría el Evangelio.
Uno de los momentos más significativos de la misa fue la renovación de las promesas sacerdotales, en la que cada presbítero reafirmó su compromiso con Dios y con el pueblo al que sirve. Este gesto recuerda el día de su ordenación y renueva su entrega al ministerio.
Además, representantes de diversas parroquias del vicariato participaron activamente recogiendo los óleos bendecidos, que serán utilizados durante el año para la administración de los sacramentos del bautismo, la unción de los enfermos y la confirmación en sus respectivas comunidades.
Esta celebración no solo reafirma la identidad sacerdotal, sino que también fortalece el espíritu de comunión entre las comunidades parroquiales, renovando el compromiso evangelizador en la Amazonía, especialmente en tiempos donde la esperanza debe ser anunciada con más fuerza que nunca.
(K. Rodriguez)